Si decides subirte a un crucero, seguramente te imaginarás unas vacaciones de lujo sin ningún tipo de problemas ni preocupaciones. Todo lo contrario de lo que vivieron los pasajeros del Sea Princess, con destino a Dubai.
Los viajeros fueron repentinamente obligados a ir a oscuras y dejar de hacer las actividades habituales durante diez días. ¿La razón? Según el capitán, navegaban bajo una posible "amenaza pirata", cuando atravesaban el Océano Índico, el Mar Arábigo, el Golfo de Adén y el Canal de Suez.
Una de las turistas a bordo, Carolyne Jasinski de Australia, contó al medio local Ny Daily News la experiencia aterradora que vivieron. Todo comenzó cuando el capitán Gennaro Arma se dirigió a la nave y se disculpó por alarmar a los pasajeros, pero insistió en que la amenaza era real y la nave "debe estar preparada para un ataque pirata".
Fueron 10 días en los cuales no hubo ninguna actividad sobre el crucero. No hubo música en vivo, ni shows, ni fiestas. Apenas se iba la luz se bajaban las persianas de todo el barco para evitar ser vistos por los supuestos piratas.
Incluso, cuenta Jasinkski, se realizó un simulacro de un posible ataque pirata y a cada uno de los viajeros se les asignó un lugar en caso de que ocurriera algún inconveniente. Ahí se dieron cuenta que la cosa iba en serio.
Por su parte, un portavoz del crucero explicó que la compañía no discute procedimientos de seguridad y que lo que vivieron estos casi 2.000 pasajeros no respondía a "una amenaza específica", sino que es un procedimiento estándar que se toma por precaución.
Lo cierto es que el relato de los pasajeros y los testimonios del mismo capitán no avalan estas declaraciones.