La trágica historia de Bangabahadur, elefante al que una inundación arrastró de India a Bangladesh
Esta historia no empieza esta semana, ni la anterior, sino hace más de un mes, cuando las fuertes lluvias del Monzón hicieron que el río Brahmaputra arrastrara toda una manada de elefantes del noreste de India.
Estos mamíferos placentarios fueron rescatados no muy lejos de su hábitat, el parque Kaziranga, menos uno, cuyas cuatro toneladas no pudieron hacerle frente a la fuerza del río.
Durante semanas, el animal fue arrastrado hasta llegar a Bangladesh, por lo que su búsqueda requirió de una cooperación binacional.
Los guardaparques sólo pudieron seguirlo durante días sin poder hacer nada.
Hasta que la semana pasada se dio la oportunidad.
Salvando a Bangabahadur
La bestia, casi sin fuerzas, había quedado atrapada entre el agua y el barro, luchando para no morir ahogada.
Y el intento de rescate no careció de drama.
Tras inyectarle un tranquilizante, el elefante cayó al barro del que lo trataban salvar.
Se requirió de la ayuda de residentes locales para someter al animal, que con las fuerzas que le quedaban luchaba para que no lo ataran, mientras que los voluntarios lo encadenaban y arrastraban hasta un terreno seguro.
"Cientos de locales acudieron al rescate", le contó a la agencia de noticias AFP el veterinario local Sayed Hossain.
"Decenas saltaron al agua para ayudarnos atar al animal; y finalmente cientos nos ayudaron a empujar".
En el operativo, un hombre quedó herido después de que la bestia le pegó una patada para evitar que la amarraran.
El rescate fue motivo de júbilo entre los locales, que le dieron el nombre deBangabahadur, que en bengalí significa héroe.
Demasiado débil para resistir
Para entonces, sin embargo, la bestia estaba muy débil.
Los 1.700km de viaje, falta de comida necesaria y la cantidad de personas que le rodearon le pasaron factura.
Y tampoco ayudaron los repetidos tranquilizantes que le administraron para poderlo trasladar hasta la reserva natural.
Los medios locales dan cuenta de una lucha entre el hombre y una bestia silvestre, en la que el hombre intentaba aplacar a un animal indomable.
Tras varios intentos por calmar al elefante, este sucumbió.
Le dio un infarto.
Y a pesar de los 12 litros de agua salina que le administraron para revivirlo, todo estaba perdido.
"Lo hemos dado todo para salvar al animal", dijo a la prensa local el responsable del gobierno para la conservación de la vida silvestre Ashit Ranjan Paul. "Al menos los diez guardabosques, veterinarios y policías que lo seguimos constantemente durante los últimos 48 días".
"Pero tuvimos mala suerte", agregó.
Las inundaciones que cada año azotan la región hacen que miles de animales se tengan que desplazar a zonas de más altitud entre los dos países.
La cada vez mayor reducción de su hábitat natural ha dificultado que los animales silvestres encuentren refugio seguro durante la época del monzón.