Un grupo de científicos recientemente volvió de una compleja expedición en el Gran Agujero Azul de Belice. La misión, en la que también participó el magnate de Virgin, Richard Branson, trajo consigo interesantes hallazgos.
Según CNN y Aquatica Submarines, el Gran Agujero Azul es el sumidero más grande y profundo del mundo, con 300 metros de diámetro y unos 125 de profundidad.
En la hazaña también participó Fabien Costeau, nieto del famoso explorador submarino Jacqes Costeau, quien puso al Agujero Azul en el mapa por primera vez en 1971. El grupo se embarcó en su odisea en diciembre de 2018, con el objetivo de descubrir todos los secretos.
Con la ayuda de dos sumbarinos, la expedición recopiló imágenes y material dentro del Agujero Azul para crear el primer mapa 3D de su interior.
Erika Bergman, piloto, oceonógrafa y jefa de operaciones de la misión, explicó que uno de los hallazgos más interesantes fue encontrar estalactitas, un tipo de formaciones minerales en forma de carámbanos (conos), muy cerca del fondo del Agujero Azul.
"Eso fue muy emocionante, porque nunca se había mapeado allí antes, no se había descubierto nada ahí antes", dijo Bergman.
La exploradora aseguró que la experiencia de estar sumergida en la oscuridad absoluta fue increíble.
"Una de las cosas más sorprendentes del agujero es la capa de sulfuro de hidrógeno que corta toda esa luz solar caribeña y te deja en la oscuridad completa. Es totalmente anóxico (sin oxígeno disuelto) ahí abajo, no hay absolutamente nada de vida", indicó Bergman.
Pero gracias al sonar de alta resolución, la expedición pudo ver las intrincadas y asombrosas características del agujero.
Lo más interesante es que no todo lo que el equipo encontró pudo ser identificado, como unas huellas en el fondo del agujero, que según Bergman quedan "abiertas a la interpretación".
El equipo también celebró que el agujero estuviese libre de basura, y que el impacto humano ha sido mínimo.
"Básicamente había dos o tres pequeñas piezas de plástico, y aparte de eso, el agua estaba muy, muy clara", aseguró la oceanógrafa.
"Es muy bueno que haya espacios en nuestro planeta -la mayoría de ellos en los océanos- que se encuentran exactamente como eran hace miles de años y que seguirán siendo exactamente así en miles de años en el futuro", concluyó Bergman.