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La biblioteca del Vaticano se vuelca en Internet

La biblioteca del Vaticano se vuelca en Internet
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Unos 5.500 manuscritos de la Biblioteca Apostólica se han digitalizado hasta ahora y NTT, el consorcio japonés que se ocupa del proyecto, acordó digitalizar otros 3.000 documentos antes de 2019.

El proceso es desesperadamente lento y los costes descomunales, pero la recompensa merece la pena: la digitalización de la Biblioteca Apostólica Vaticana permitirá el acceso en la red a la colección de libros antiguos más espectacular del mundo. La biblioteca, creada en 1451, alberga tesoros como la vieja copia de 1.600 años de antigüedad de la Eneida, de Virgilio, o el cuaderno más antiguo del Evangelio de Lucas, además de páginas de La Divina Comedia, de Dante Alighieri, ilustrada por Botticelli. 

Desde hace unos años están en marcha diversos proyectos de modernización de la venerable biblioteca, entre otros, uno en colaboración con la universidad alemana de Heidelberg. Pero ha sido la empresa informática japonesa NTT Data la que ha recibido el encargo de digitalizar unos 3.000 manuscritos. "Puede haber bibliotecas más grandes, pero en vista de los trabajos de incalculable valor que se guardan aquí, puedo decir con seguridad es que esta es la biblioteca más importante del mundo", señala el director de proyectos de NTT en Italia, Antonio Massari.

Faltan expertos 

Algunas joyas ya han sido volcadas a Internet, entre otras, el manuscrito griego de matemáticas de Euclides Los Elementos, que data del siglo IX. Según Massari, los archivos pueden contener aún sorpresas: "En realidad no sabemos lo que pone en casi el 80 por ciento de los manuscritos", asegura. Muchos fueron donados hace siglos al papa por familias de la nobleza de Roma. "¿Podríamos encontrar un día el manuscrito que reescriba la historia?", se pregunta Massari.

Maasari, de 53 años, coordina a un equipo de escanea los manuscritos página a página para volcarnos a Internet de forma que sean accesibles para todo el mundo. En total 50 personas, entre ellas expertos de Japón, trabajan en el proyecto que la propia NTT financia con 18 millones de euros.  "Si el dinero no importara, podríamos multiplicar por cinco la operación en marcha", cuenta Massari. "Pero probablemente no encontráramos expertos suficientes con las capacidades adecuadas" para hacerlo.

Los archiveros del Vaticano son quienes determinan qué documentos van primero y cuáles se descartan de la digitalización, si ven que podrían destruirse con solo abrirlos. Luego, los restauradores preparan el manuscrito para su escaneado en el laboratorio. El escáner necesita entre 60 y 90 segundos por página. Y después, un tutor comprueba que los detalles son correctos: si la reproducción del color es buena, si las páginas están escaneadas del lado correcto o si se ha olvidado alguna, si se ven las notas al margen apuntadas por estudiosos a lo largo de los siglos... Ante esta tarea, la digitalización de un manuscrito puede llevar una semana. O incluso un mes.

Un gigantesco avance

Tras un nuevo examen de los restauradores, la pieza original vuelve al archivo. En el caso ideal, para siempre. Si las imágenes en línea permiten la más alta calidad, habría "casi una necesidad cero" de volver a tocar obras sensibles en el futuro, señala Massari. Ello supondría un avance enorme para los científicos de todo el mundo y también para los legos interesados, que podrían tener acceso a manuscritos medievales en latín o griego. NTT Data pone especial cuidado en el almacenamiento a largo plazo y para ello utiliza la técnica FITS, un formato de datos desarrollado por la agencia espacial estadounidense, la Nasa, que se espera sea legible por diversos programas informáticos en las próximas décadas.

El consorcio japonés ve el gran proyecto como una forma de publicidad de su propia técnica. "Nos sentimos honrados de poder participar en este gigante proyecto de conservar una herencia cultural global de la humanidad", señala el presidente de NTT en Italia, Walter Ruffinoni. En la biblioteca se ha descubierto incluso un documento que arroja nueva luz sobre la colaboración de Japón con el Vaticano. "Comenzamos el proyecto con una carta al papa Pablo V, que data de 1631, que fue enviada a Roma por un samurai llamado Hasekura Tsunenaga", explica Ruffinoni. Esa misiva fue conservada en la biblioteca vaticana y se conservará ahora digitalizada.

Unos 5.500 manuscritos de la Biblioteca Apostólica se han digitalizado hasta ahora y NTT acordó digitalizar otros 3.000 documentos antes de 2019. Pero incluso eso sería solo una parte muy pequeña de los 82.000 manuscritos que hay.  Al ritmo actual se necesitarían más de 100 años para volcar en Internet todos los documentos, y eso si se encuentran  patrocinadores que estén dispuestos a financiar tan costosa tarea. (dpa)

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