Justicia colombiana le concede la libertad a un oso de anteojos que estuvo en cautiverio
AFP
La Corte Suprema de Justicia de Colombia concedió el habeas corpus a "Chucho", un oso de anteojos que estaba en cautiverio, para que sea devuelto a la reserva donde vivía, según se conoció este viernes.
El oso, que estuvo durante 18 años en la reserva Río Blanco de la ciudad de Manizales (centro-oeste), fue trasladado al zoológico de Barranquilla (norte) en junio de 2017, según Luis Domingo Gómez Maldonado, abogado que interpuso la acción ante el tribunal.
"La mejor salida para defender los derechos de Chucho es interponer un habeas corpus", agregó en Blu Radio de Bogotá.
En el fallo, la alta instancia judicial resolvió "conceder la protección invocada por vía de habeas corpus deprecada por Luis Domingo Gómez Maldonado, quien actúa en favor del oso de anteojos de nombre 'Chucho'".
Según Gómez, el oso estuvo la mayor parte de su vida en estado de "semicautiverio" bajo la responsabilidad y cuidado de la empresa pública Aguas de Manizales que dispuso el equipo médico para su protección.
En cambio "en Barranquilla está en pleno cautiverio y en condiciones medioambientales que no son las propias de su especie", expresó Gómez.
Sin embargo, para Farah Ajami, directora del zoológico de Barranquilla, esta decisión es "lamentable" pues "los animales son objeto de protección animal y eso no significa que sean sujetos de derecho".
Para la directora, el magistrado que acató la petición del abogado se equivocó porque el habeas corpus garantiza la libertad personal y en este caso no se está hablando de una persona sino de un animal.
Por el momento deberá acatarse la medida que dictó la Corte, aunque se desconoce la fecha en la que el oso será devuelto a Manizales.
Chucho nació en una reserva en el departamento de Pasto, Nariño (sur) que se caracteriza por su clima frío. Luego fue trasladado a Manizales y a mitad del año llegó a Barranquilla, una ciudad que tiene temperaturas promedio de 27 grados centígrados.
Un caso similar se registró en Argentina cuando una chimpancé por primera vez en el mundo logró dejar su jaula y vivir en otro santuario, ubicado en Brasil, mediante un habeas corpus al conocerse que estaba sola y triste en un zoológico.