Este lunes en “Juego textual”, Sergio Lagos y las panelistas Katty Kowaleczko, María Jimena Pereyra, “Tita” Ureta, Begoña Basauri, “Pepi” Velasco, “Chiqui” Aguayo, Rayén Araya y Yazmín Vásquez recibieron al locutor y ex lector de noticias Eduardo Cruz-Johnson.
Notoriamente menos bronceado que como regularmente se le veía, el ex “24 horas” partió contando acerca de su llegada a la TV. “Fue una casualidad. Yo trabajaba en un banco, se presentó un periodista a pedir un préstamo, se lo otorgué y le pregunté si hacían pruebas en TVN, donde trabajaba”, confesó Eduardo.
Según relató, cuando iba saliendo de su prueba de cámara cruzó miradas con una rubia despampanante. “Ella cruza el umbral, se levanta los anteojos, se ríe conmigo, los baja y entra”, recordó Eduardo. Tras volver al banco recibe una llamada: era esa mujer, ni más ni menos que la entonces conductora del noticiero “60 minutos”, Raquel Argandoña. “Me dijo ‘Hola lolo, supe que viniste a dar una prueba. ¿Quieres leer noticias? Hoy a las seis tienes que estar acá’”, contó.
Ese no fue su primer acercamiento con los medios, pues en 1979 se había ganado 60 millones en la Polla Gol. “El papá de un amigo me pidió prestada esa plata, se la presté toda”, confesó. Tras una entrevista radial que le hicieron, se dieron cuenta de su buena voz y le dieron un programa en Radio Agricultura.
Su despedida en pantalla como lector de noticias fue el 7 de marzo de 2003, cuando fue desvinculado de TVN tras 24 años leyendo noticias. “Yo me despedí con el corazón roto”, confesó Eduardo: “Recuerdo que cuando llegué a la casa lloré de pena, pero se me pasó y seguí para adelante”.
Recordando su infancia, Eduardo contó que a los 8 años empezó a trabajar para ayudar a su madre, porque era el hijo mayor en un hogar sin padre. “Tenía un carrito con rodamientos para ayudar a las vecinas a llevar la mercadería de la feria a sus casas. También trabajaba envirutillando, pasando un chancho y limpiando vidrios. Me pagaban 50 escudos y eso servía para el pan”, recordó.
Las precariedades eran tantas que tenían repercusiones en su salud incluso. “Una vez fui a comprar pan. Corría porque iba a llegar tarde a clases, y me desmayé de hambre”, confesó.
Paralelamente a eso, soñaba no con trabajar en la TV, sino con otro tipo de labores. “Soñaba con ser abogado y con ser bombero. Bombero fui, a los 13 años brigadier y a los 15 me hicieron bombero voluntario”, contó, y reveló que el 11 de septiembre de 1973 fue un día especial en su carrera.
“Mi primer gran incendio fue el de La Moneda el 73. Recuerdo que nos fuimos caminando con la bomba por Nataniel Cox y sentía los disparos. Entramos en La Moneda, vimos descascararse los murallones que tiene y fuimos al salón azul”, señaló.
El ex lector de noticias aseguró que en ese momento no pensó nada de lo que vio, sólo en apagar el fuego. Días después, sin embargo, empezó a tomarle el peso. “Yo vi muertos en la calle. No me daba lo mismo, me daba rabia lo que vi”, reflexionó.
Acerca de su padre, dijo que no tiene recuerdos suyos de niño. “Yo a mi padre lo tengo que haber visto cinco veces en mi vida, no tuve relación con él. Se separaron jóvenes, mi mamá tiene sólo 20 años más que yo. Me encontré con él cuando falleció mi hermano, y me dijo que yo había sido un hijo muy ingrato. Y yo lo llamé una vez para decirle que lo perdonaba, y no llegó. Después de eso me alejé”, contó.
Consultado por su estilo de vida, el ex hombre ancla del departamento de prensa de la red estatal aseguró que no cuida su físico de ninguna manera. “No tengo cultura deportiva. No me alimento bien. Sí trato de caminar harto”, dijo sobre sus hábitos que le permitieron, de todos modos, protagonizar un recordado comercial de lubricante de autos hace cinco años, donde salía en zunga.
Sobre su clásico bronceado, en tanto, Eduardo confesó que se excedía en el solarium. “Yo me enterraba en el sol. Ciertamente por vanidad, pero también porque el sol me daba energía, me sentía distinto”, indicó.
Según rememoró, precisamente se hacía acompañar por Raquel Argandoña para broncearse. “En ese tiempo yo animaba festivales con ella, con Paulina Nin y con Pamela Hodar, y en la mañana nos íbamos a tomar sol. 20 minutos de frente, 20 minutos de espalda, no más”, recordó, aunque aseguró que nunca tuvo nada con la animadora.
Tras repasar escenas de su participación en el programa “Acoso textual” en 2004, donde ejerció primero como invitado y luego como panelista, Eduardo aseguró que su relación actual con el sol ya no es la de antes.
“Ahora ya no tengo interés en broncearme, ya no tomo sol (...) Me miro ahí y digo: ¿Cómo alguien no me decía que no tomara tanto sol? Me encuentro gordo y quemado. ¿Cómo nadie me decía?”, señaló.
Adicionalmente, aseguró que ya no tiene opiniones tan vehementes como las que exponía en ese programa, donde se trenzó en fuertes discusiones con algunas de sus compañeras de panel, como Katyna Huberman y Vanessa Reiss. “La vida me ha enseñado a ser más tolerante con todo. Yo converso ahora cosas políticas, de toda índole, de lo que está pasando y lo que pasó. La clave es ser tolerante con la persona que discrepa de tus ideas y tus pensamientos”, recordó.
Revisando una foto donde está con sus tres hijos, Eduardo, de 38 años, Ignacio, de 34, e Isidora, de 27, el locutor indicó que el exceso de trabajo le pasó la cuenta con su familia, primero, estando muy ausente de la vida de sus hijos.
“Por ser muy trabajador los perdí. Me dediqué a trabajar y estudiar, y cuando llegaba al dormitorio de ellos, los veía todos rosaditos y lloraba porque me habría gustado abrazarlos más”, dijo.
Por eso, aseguró estar arrepentido del camino que tomó. “Mirándolo ahora, no valió la pena. Quizás materialmente, pero si volviera atrás, sería totalmente distinto. Los abrazaría, los besaría, los acompañaría, me quedaría dormido con ellos, cosa que no hice nunca”, dijo, agregando que afortunadamente ahora están muy unidos.
“Es probable que me haya hecho click el hecho de que yo no tuve un padre y dije ‘a ellos no les puede faltar un padre’. Ahora los veo todo el tiempo, los llamo todos los días, tenemos casi una vida de casa. Tenemos una relación fraterna, también con mi ex mujer”, indicó.
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En la última sección del programa, Rayén le hizo una serie de preguntas rápidas a Eduardo, donde éste le dijo, entre otras cosas, que ha fumado marihuana, su libro favorito es “El Principito”, que estuvo detenido una vez, que Cecilia Bolocco es su amor platónico, que su programa favorito donde ha participado fue “40 ó 20” y que su sueño es volver a leer noticias.
Sobre esta última declaración, indicó que en su época se hacía diferente la conducción de noticiarios, y que por eso es un sueño imposible de repetir ahora.
“Es bueno que los noticieros los conduzcan los periodistas, porque tienen conocimientos, saben dirigir una conversación, saben terminar una entrevista, lo que nosotros no hacíamos. Antes se elegía mucha gente por el rostro y por la voz, y eso hoy no es posible. Yo no estoy preparado técnicamente para hacer un informativo porque estudié Periodismo para leer noticias, y uno no puede estudiar para eso, sino para investigar, desarrollar y reportear”, argumentó.
Consultado por su rol como conductor de “60 minutos”, noticiero cuestionado en los años 80 por ser usado por la dictadura para desinformar, Cruz-Johnson aseguró estar muy arrepentido de haber sido parte de eso.
“No me daba cuenta. Yo leía un texto, no sabía contextualizar, sólo leía, no tenía noción de lo que estaba sucediendo efectivamente. Me di cuenta con el pasar de los años, leyendo, informándome, escuchando a quienes no pensaban como yo, y fue algo desastroso. Me arrepiento de haber leído noticias en esa época”, confesó.
En torno a su detención, Cruz-Johnson explicó que fue por giro doloso de cheques, porque dio orden de no pago a un cheque en su empresa de gimnasios, y que fue detenido justo cuando estaba por tomar un avión a Acapulco por el viaje que se ganó en el programa “Vértigo”. “Del aeropuerto me llevaron directo a la Penitenciaría y después a Capuchinos. Estuve cuatro días detenido”, contó.
También el ex lector de noticias recordó su momento más bajo, cuando se separó de su ex esposa, a lo que siguió una gran debacle económica en su vida. “Mi ex esposa me dijo que no me quería. Me rompió el corazón. Yo había decidido trabajar hasta los 45 años, tenía tres salones de belleza, tenía mis ingresos, tenía de todo. Se me vino el mundo abajo, no me importó nada de lo que tenía (...) Entré en una depresión, quien me salvó fue mi psiquiatra, y ahora estoy libre”, contó.
Acerca de Cecilia Bolocco, Eduardo recordó que él fue quien condujo el programa de Miss Chile donde ella quedó clasificada para Miss Universo, y que desde la primera vez que la vio, siempre supo que ganaría.
Luego, consultado por otros rostros de TV, el invitado de "Juego textual" fue categórico en calificar a César Antonio Santis como “el mejor comunicador que ha tenido la historia de Chile. Tenía estampa, eso es lo principal”, mientras que de Antonio Vodanovic dijo que “trataba de imitar a Santis y nunca lo pudo alcanzar”.
Por otro lado, no tuvo buenas palabras sobre sus ex colegas de “24 Horas” Mauricio Bustamante, Bernardo de la Maza y Amaro Gómez-Pablos.
Para revivir “Juego textual”, invitamos a visitar su sitio, https://www.13.cl/programas/juego-textual.
“Juego textual”, lunes y martes después de “Tele13 central” por las pantallas de Canal 13.