Gastó casi 600 mil dólares para parecerse a Kim Kardashian: ahora invierte 120 mil para volver atrás
Jennifer Pamplona, una modelo brasileña de 29 años, invirtió en el pasado casi 600 mil dólares en cirugías para parecerse a Kim Kardashian.
Hoy, más de una década después desde que comenzó con la transformación, desembolsó 120 mil para revertirla. Asegura estar arrepentida de tantos procedimientos estéticos para quedar como la socialité.
La mujer pasó más de 40 veces por el quirófano en un lapso de 12 años en su intento por asemejarse a la celebridad, pero se dio cuenta de que la felicidad que recibió a cambio era “superficial”.
“Yo había trabajado y estudiado y era empresaria. Hice todas estas cosas y obtuve todos estos logros en mi vida personal, pero solo me reconocían porque me parecía a una Kardashian”, contó Pamplona en conversación con la agencia Caters, según reproduce New York Post.
I spent $600K to be Kim Kardashian — now I'm paying $120K to 'detransition' https://t.co/9ElG0QjrvE pic.twitter.com/S6tTVRcJnE
— New York Post (@nypost) July 11, 2022
Su primera cirugía fue en 2010, cuando apenas tenía 17 años. A partir de ahí se sometió a tres rinoplastias y ocho operaciones en su parte inferior, incluidos implantes de glúteos e inyecciones de grasa. Todo para obtener la figura de Kardashian.
Sin embargo, reconoce, con el paso de los años notó que se había vuelto adicta a las cirugías. “Era una adicción y entré en un ciclo de cirugía igual a fama y dinero, simplemente perdí el control de todo. Pasé por muchos momentos difíciles”, afirmó.
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La modelo descubrió que sufría de dismorfia corporal –trastorno mental en el que la persona no deja de pensar en uno o más defectos percibidos en las características físicas– y, con la ayuda de un médico en Estambul, buscó la forma de revertir su transformación para recuperar su apariencia.
“Me hice un estiramiento de cara y cuello, eliminación de grasa bucal, cirugía de ojos de gato, un estiramiento de labios y una operación de nariz, todo a la vez”, afirmó, agregando que “entré al quirófano como una persona y salí como otra”.
Pero eso no es todo. Desafortunadamente la mujer sufrió algunas complicaciones durante el procedimiento al presentar sangrado en las mejillas e infección. “Pensé que me estaba muriendo”, reconoció.
Las molestias pasaron y, a pesar de los inconvenientes, Pamplona asegura que todo el proceso valió la pena, pues ahora es “quien quería ser”.
Además, aprovechando su experiencia decidió abrir una fundación en Brasil, en asociación con un médico, para ayudar a las personas que sufren de dismorfia corporal.