La periodista y figura de televisión, Javiera Suárez, murió el 12 de junio del año pasado a los 36 años, debido a las complicaciones de un cáncer de piel que arrastraba desde 2016.
A un año exacto de su partida, su esposo y médico, Cristián Arriagada, compartió en su cuenta de Instagram una íntima carta que le escribió, denominada “Transiciones: para mi Javiera”. Además, acompañó el texto con una inédita fotografía de la comunicadora.
“Ha pasado un año, otra vuelta entera de la tierra. Cuatro estaciones, cada una con sus celebraciones y melancolías propias. Aunque con Pedro Milagros aún no entendamos porque la vida eligió llevarte a esa otra dimensión, nosotros seguimos acá, contigo más presente que nunca y tratando de dar lo mejor de nosotros siempre. Te queremos mucho y le damos gracias a Dios por haberte tenido como parte de nuestra vida...”, fue el mensaje que escribió en la red social, para luego dar paso a la carta.
“Ha pasado un año desde que partiste”, comienza diciendo el escrito. “Hoy, más que antes, entiendo que el amor trasciende a la persona física del ser amado. El amor encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo. Que estés o no presente, y aun siquiera que no continúes viviendo, al menos de manera física, deja de ser importante. Tu espíritu, tu alegría, tu sonrisa, todo eso que me hace amarte, lo conservo muy dentro de mí”, expresó el cirujano.
Y continuó: “La vida lo quiso de otra forma y siguió en su misión de llevarte a otro lado, a otra dimensión a la que no tengo acceso; no te veo, no te escucho, pero te siento siempre cerca. Tu sonrisa, tu fuerza y tu fe inocente pero profunda, tu mensaje; todo eso está acá y se siente tan presente como siempre”.
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“Camino por nuestra casa y en cada rincón hay un poco de ti; la cocina y esa mesa donde podías pasar el día viendo ideas y recetas para hacer, o puteando firme a alguna máquina que no te hacía caso (…) Me voy de este lugar con la esperanza de cerrar una etapa. Me voy para obligarme a enfrentar y aceptar que ya no estás acá, al menos no de la forma a la que estábamos acostumbrados”, siguió el texto.
Finalmente, y tras hacer un resumen de la transición de pasar de un hogar a otro, Arriagada sostuvo: “Espero desde donde estés, nos acompañes en esta nueva etapa, nos ayudes a hacerlo lo mejor posible. Tú vienes con nosotros, en nosotros. Ya no en el recuerdo de lugares, momentos ni cosas materiales, sino, en la conciencia de que, como la caída de las hojas y el nacimiento de las flores, tu muerte nos entrega vida a nosotros; no se me ocurre muestra de Amor más grande que esa…”.