la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Para concretarlo, se utilizó cerca de una tonelada
de escorias de cobre mezclada con áridos naturales, generando un material constructivo seguro y
de alta calidad.
En una ceremonia encabezada por la subsecretaria de Minería, Suina Chahuán; el alcalde de Catemu, Rodrigo Díaz; y el gerente general de Fundición Chagres, Benjamín Martinich, acompañados de la comunidad, fue inaugurado el proyecto piloto denominado “Habilitación de Espacio Público Villa El Sol”, el cual contempló la recuperación de una plaza para los vecinos de Catemu.
En la realización del piloto, se utilizaron aproximadamente 1.000 kilos de escoria, que, mezclados con áridos naturales, dio como resultado un material de alta calidad para la construcción, lo que a su vez facilitó el trabajo de los emprendedores a cargo de las obras en el manejo de las piezas, ya que la escoria es más pesada que otros áridos.
La escoria de cobre o silicato de fierro es un material que se genera en el proceso de fundición de concentrados de cobre. Luego de que se extrae el cobre y el azufre, los elementos restantes contenidos en el concentrado son encapsulados en un material que tiene la apariencia de una roca. Esta iniciativa busca demostrar que las escorias pueden ser reutilizadas, potenciando de esta forma la economía circular, junto con abordar problemáticas de la comunidad, como la recuperación de espacios públicos o la pavimentación de calles.
Suina Chahuán, subsecretaria de Minería, señaló: “Este proyecto refleja de muy buena manera el tipo de minería que -como Gobierno- queremos promover. Que es una minería comprometida con los territorios, comprometida con las comunidades, que pone al centro las necesidades de las comunidades y que busca soluciones creativas con tal de ponerlos en el centro".
Benjamin Martinich, gerente general de Fundición Chagres, destacó la importancia del trabajo colaborativo, junto con señalar que "proyectos piloto exitosos, como este, reafirman nuestro compromiso con re-imaginar la minería para mejorar la vida de las personas. Esta iniciativa, que logró reutilizar residuos como las escorias, no solo reduce la huella ambiental y fomenta la economía circular, sino que también impacta positivamente en las comunidades locales, lo cual nos enorgullece y nos motiva a continuar trabajando para encontrar nuevas formas de hacer minería”.
Para llevar adelante el proyecto, Anglo American trabajó en estrecha colaboración con la Junta de Vecinos de Villa El Sol, el Municipio de Catemu, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Fábrica Rústicos de Llay Llay, emprendimiento local que construyó cada una de las piezas que fueron instaladas en el espacio urbano designado.
Rodrigo Díaz, alcalde de Catemu, se mostró entusiasta con el resultado, asegurando: “Yo sueño con hacer la pavimentación completa de las calles a las que aún no hemos llegado. Espero que el Gobierno sea el que ponga la guinda de la torta a un proyecto que lleva años sin que nadie lo autorice, que sea el que por fin autorice el uso de las escorias”.
Marcela Vicencio, tesorera de la Junta de Vecinos de Villa El Sol, aseguró que "como dirigentas, estamos orgullosas de haber participado de este proyecto, donde el equipo de Anglo American nos hizo parte de cada una de las decisiones que se fueron tomando, hasta llegar a este precioso resultado final".
Pese a estar catalogadas como residuos, las escorias son completamente inocuas, pues no generan impactos negativos al estar en contacto con agua, aire, tierra o incluso la piel. Además, su dureza superior a los áridos naturales les proporciona mayor resistencia cuando se mezclan con cemento, hormigón u otros áridos, haciendo que las piezas resultantes sean particularmente atractivas para el sector de la construcción.
Carlos Carlesi, director de la Escuela de Ingeniería Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y quien estuvo a cargo de la investigación, se mostró “feliz por poder ver este proyecto ya materializado. Lo vemos todavía como un inicio, porque si bien es una plaza, creemos que esto está recién partiendo y esperamos poder seguir colaborando para apoyar la revalorización de materiales disponibles".
Por su parte, Alán García, director ejecutivo de SOFOFA Hub, explicó que “el lanzamiento de este proyecto marca un hito importante en el Comité de Economía Circular para la Minería, iniciativa impulsada junto a CESCO (Centro de Estudios del Cobre y la Minería) y varias compañías mineras”. En este sentido, representantes de Codelco Ventanas, también miembros del este comité también estuvieron presentes junto a comunidades de Quintero y Puchuncaví, pudieron conocer las posibilidades del uso de escorias.
En la actual legislación ambiental de Chile, las escorias están categorizadas como residuos mineros no peligrosos, lo que complica su utilización para otros fines debido a la carga normativa asociada a su manejo a gran escala, mientras que, en países como Estados Unidos, Alemania, China y Japón, desde hace décadas su uso es una realidad, siendo ampliamente utilizadas en el rubro de la construcción.