Piden cárcel para participante de "Gran hermano" de España por abuso sexual dentro del reality
La Fiscalía Provincial de Madrid ha solicitado dos años y medio de prisión para José María López Pérez, un ex participante del reality show español "Gran hermano revolution", por su posible autoría en el delito de abusos sexuales contra una de sus compañeras de encierro en medio del programa, en una casa en Guadalix de la Sierra (Madrid).
Según información de El País, el ministerio público pide, además, una indemnización de 12 mil euros por perjuicios morales causados contra la víctima, Carlota Prado. En el desglose, la mitad del monto debe ser pagado por el acusado y la otra mitad la productora Zeppelin TV, debido a "los daños ocasionados a raíz de la exhibición a la perjudicada de las imágenes grabadas".
El caso data de 2017, del viernes 3 al sábado 4 de noviembre, luego de una fiesta adentro del encierro en el que a los concursantes se les dio alcohol.
La producción detrás de "Gran hermano revolution" expulsó a López Pérez y apartó de forma temporal a Prado, denunciando "una relación sexual no consentida" ante la Guardia Civil. Eso sí, no facilitó las imágenes pese a que se grabó la escena de principio a fin.
De acuerdo a la Fiscalía, la mujer bebió "al menos cuatro chupitos de tequila, por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche", se fue a su dormitorio, el participante hizo lo mismo e inmediatamente "se quitó los pantalones, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo".
Siguiendo con la nota, López "guiado por un ánimo libidinoso y a sabiendas del estado de semiinconsciencia en que (…) se encontraba y aprovechándose de esta circunstancia, comenzó a realizar bajo el edredón (una cubierta de cama) movimientos de claro contenido sexual, pese a que la chica balbuceando débilmente dijo 'No puedo'".
El hombre desvistió a Prado, "pese a que esta se encontraba ya en estado de inconsciencia". Cerca de las 2:00 horas, ella se destapó la cara y un brazo, confirmando su "estado inerte". Recién allí, un integrante del programa intervino, "quien hasta ese momento no estaba en condiciones de saber lo que estaba ocurriendo, dado que el acusado había utilizado el edredón para taparse".
De manera negligente, y contraviniendo las recomendaciones para tratar a las víctimas de abuso, la producción del programa le mostró las imágenes a la mañana siguiente. "Encontrándose esta sola y sin más compañía que la voz en off del conocido como Súper, lo que provocó un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos sufridos horas antes habían producido en ella", señala la Fiscalía.