15 minutos antes de la hora del show de Gianluca, pactado para las 21:00 horas, en los alrededores del Teatro Teletón se vivía el fervor adolescente. Decenas de fans del trapper chileno —que a nivel local está instalando el género urbano como uno más dentro del pop—, imitando su ropa y su estilo capilar, se agolpaban en las tres filas concentradas en calle en calle Mario Kreutzberger para vivir un momento único: en un tiempo en el que la música está al alcance de todos, en casi cualquier parte del mundo, la voz de "Sismo" se dispondría a presentar "Yin Yang", su álbum debut considerado como uno de los 25 mejores títulos latinos de 2019 según Rolling Stone.
Un trabajo destacado por su vibra-a-lo-Bad-Bunny en cuanto a su versatilidad, que en vivo crece justamente por esos términos. Secundado de tres músicos en escena —baterista, bajista y guitarrista, con estos dos últimos también en teclados y sintetizadores—, el joven de 23 años desplegó su manejo arriba del escenario como una figura irrepetible.
No solo lo avalan sus temas, también el sentido del espectáculo descrito en al menos dos cambios de ropa o las posiciones que toma sobre la tarima. Si quiere estar más cerca de sus seguidores lleva el micrófono hasta la punta de la pasarela construida para la ocasión en el recinto; al contrario, si quiere desatarse, llena todo el ancho girando sobre su eje, cantándole a los asistentes e incluso a sí mismo, a ratos con la mirada perdida sobre sus líneas autobiográficas que hablan de amores perdidos, sus problemas de salud mental y la dificultad de llevar su edad en la época que corre. Todos en el Teatro Teletón podrían ser Gianluca.
Explicitó su preocupación por las atmósferas, además. Tal lanzamiento hacía necesaria una puesta en escena potente. Por ende, el músico incluyó gráficas y animaciones para la mayoría de las canciones, con Javiera Mena, Gepe o Pablo Chill-e —tres de los colaboradores de "Yin Yang"— habiendo grabado material exclusivo para el show, proyectado en las dos pantallas laterales que funcionaron como alas de una tercera central y circular que abrazó planetas, fotos de niñez y el propio retrato del artista.
La etapa de este disco, de hecho, es tan trascendental para Gianluca que hace que temas como "Bart" —más cercana a la grabación casera— suenen renovadas y elegantes, con un epílogo jazzístico musicalizando las escenas de cuando el hijo de Homero y Marge Simpson le vende su alma a su amigo Milhouse. Incluso "La lluvia", parte fundamental del álbum, se reinventa orgánica desde su nostalgia.
Diego Lorenzini, Pikette23, Polimá Westcoast, Young Cister y Princesa Alba se sucedieron como invitados arriba del escenario, siendo esta última la más requerida y aplaudida con el bis "Flotando (Remix)" y "Summer love" que comparte con su colaborador musical, productor y también pareja sentimental. Se cantaron, se perrearon, se dividieron el escenario como si se tratara de un dúo consolidado y, antes de que Trinidad Riveros terminara su performance, se fundieron en un beso como parte de la celebración.
De mantener el paso, Gianluca se apunta como imparable. Ícono de su generación. Solo depende de él. No dejes que se apague.