Aunque "Game of thrones" terminó este 2019, convirtiéndola en una de las actrices más destacadas de la ficción mundial, a Emilia Clarke aún le queda una pequeña espina clavada en su historia como protagonista de la serie de HBO.
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En conversación con Dax Shepard en su podcast "Armchair Expert", la intérprete británica de 33 años reconoció que en un principio se sintió presionada para aparecer desnuda en su papel de Daenerys Targaryen.
"Soy mucho más inteligente (ahora) con lo que me siento cómoda y con lo que estoy de acuerdo en hacer. En su momento tuve peleas en el estudio de grabación, en las que defendía 'no, la sábana se mantiene arriba' y me decían 'no querrás decepcionar a tus fans. Yo solo pensaba: '¡Jódanse!'", dijo Clarke.
Cuando inició su travesía por "Game of thrones" tenía tan solo 23 años y consideraba que negarse a aceptar y filmar una escena sin ropa podía traerle problemas: "Acepté el trabajo y después ellos me mandaron los guiones. Al leerlos fue como: 'Oh, aquí está la trampa'. Acababa de salir de la escuela de teatro y lo asumí como un trabajo. Si estaba en el guión, entonces era claramente necesario".
De hecho, el exponerse a un set de filmación tan imponente como el del proyecto creado por David Benioff y D. B. Weiss —basado en la obra de George R.R. Martin— desnuda y rodeada de desconocidos le trajo una presión que la desbordaba.
"Si algo me hacía sentir mal, me iba al baño a llorar y después volvía para hacer la escena", confesó.
Al menos, el actor Jason Momoa —su pareja durante la primera temporada de "Game of thrones"— fue el apoyo que necesitaba en ese período de inexperiencia.
"Definitivamente fue difícil, pero las escenas con él fueron maravillosas, porque me decía 'no cariño, esto no está bien'. Así que, él cuidó de mí, en un ambiente en el que nunca pensé que iba a necesitar que alguien lo hiciese", cerró Clarke.