Liziane Gutiérrez, una modelo brasileña de 33 años, no lo pasó del todo bien en su viaje.
Y es que la mujer visitó Pyongyang, en Corea del Norte, y tomó arriesgadas decisiones para poder inmortalizar su paso por las tierras asiáticas.
Liziane utilizó una falda de "Estados Unidos" en público mientras paseaba por las calles de la ciudad norcoreana, se fotografió desnuda en la habitación del hotel donde se estaba hospedando, se sacó selfies en un monumento a líderes del país anteriores y, además, capturó imágenes de las estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-il por separado.
¿El problema?
Todo lo anteriormente mencionado está prohibido por el régimen de Kim Jong-un.
Sin embargo, las cosas siguieron empeorando, pues "tomó prestada" la gorra de un soldado norcoreano y la utilizó para seguir sacándose selfies.
La mujer afirma que encontró la gorra en un tren, el cual había abordado en estado de ebriedad. Cuando se dio cuenta de que el dueño de la gorra había ido al baño, decidió tomarla y ponérsela. Se sacó las fotos y la devolvió.
Pese a todo lo anterior, no fue detenida, pero sí vivió minutos de tensión en su salida del país.
Al momento de llegar a la frontera para poder ingresar a China, los guardias de Corea del Norte exigieron inspeccionar sus fotos para poder salir del país.
"Estaba muy nerviosa, porque podía terminar en la cárcel. Tuve mucha suerte de que no comprobaran el álbum con todas las fotos que tomé allí", afirmó la modelo, según consigna Mirror.
Finalmente, la modelo logró salir del país y no pagó ninguna pena ni multa relacionada con sus actos.