El K2 es uno de los desafíos más importantes para los alpinistas de élite en el mundo, tiene una altura de 8611 metros, quedando solo por detrás del Everest. Esta cumbre fue la última de los “ochomiles” en ser escalada durante invierno, lo que ocurrió este 16 de enero recién pasado.
Este sábado se confirmó la desaparición del alpinista chileno Juan Pablo Mohr y otros dos montañistas que eran parte de la expedición invernal en el K2, montaña que comparte fronteras entre Pakistán y China.
Esta montaña es parte de los llamados “Ochomiles” un grupo de 14 picos que sobrepasan los 8 mil metros de altura, parte del circuito soñado de quienes disfrutan ascendiendo hasta la cima de estos gigantescos macizos.
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Es uno de los desafíos más complejos para los alpinistas, por cada cuatro personas que logran llegar a la cima, una pierde la vida, siendo la segunda más “mortal” de la cumbre sobre 8 mil metros, por lo que es conocida como “La Montaña Salvaje”.
El K2 está ubicado en la parte noroeste de la Cordillera del Karakórum. Debe su nombre a que una expedición en 1856, que escaló ambos picos, los bautizó como K1 y K2, dejando su nombre para la posteridad.
Esta montaña se caracteriza por tener un tiempo muy imprevisible, una de las principales razones por la que escalarla en invierno es prácticamente imposible. De un momento a otro pueden comenzar a soplar fuertes vientos blancos que impiden la visión más allá de unos centímetros.
La primera vez que se logró escalar fue en 1954, por los alpinistas italianos Achille Compagnoni y Lino Lacedelli, un año después que el Everest. En invierno es otra historia, ya que fue conquistada recién 41 años después de que la misma hazaña fuera realizada en la montaña más alta del mundo.
Para los alpinistas de élite es todo un desafío, quizás el más complejo para quienes deciden escalar sus laderas en invierno.
