Neely y Andrew Moldovan contrataron a la fotógrafa Andrea Polito para inmortalizar el día más esperado de sus vidas. Si bien las fotos del día de boda se realizaron, la entrega terminó en una confusa espiral de hechos que los llevaron a ser condenados a pagar una millonaria suma.
Según consigna el medio británico Daily Mail, los Moldovan insistieron en tener las fotografías en alta resolución, ante lo que Polito respondió que tenían que rellenar un formulario que les costaría US$ 125 adicionales al trabajo que realizó en el matrimonio.
La pareja se negó a pagar la suma de dinero. Luego de semanas enviándose correos, Andrea Polito decidió no cobrarles la cantidad extra.
Dos días después de la respuesta, Polito fue contactada por algunos medios de Dallas, Estados Unidos, que les aseguraron que ella “mantuvo las fotos secuestradas como rehenes". Los Moldovan habían elevado su reclamo a cadenas de televisión y desprestigiado a la profesional por redes sociales.
Luego de 13 años de carrera, Polito quedó sin trabajo casi de la noche a la mañana. Ante esto, decidió demandar al matrimonio, asegurando que “la gente me conocía, y mi reputación. He participado en varias ceremonias importantes de Dallas. Todos estos insultos, el bullying…fui humillada”. Los efectos de las críticas surtieron efectos negativos: a inicios de 2015, tiempo en el que solía recibir entre 75 y 100 reservas para el año, sólo consiguió dos clientes.
Según lo consignado por los documentos judiciales, los Moldovan se defendieron explicando que hubo gente que creo cuentas con su nombre para publicar los contenidos ofensivos, incluso hubo un comentario que aseguraba que Polito le había contagiado el sida. Esta versión fue desmentida en el juicio.
Finalmente, Andrea Polito ganó la disputa en tribunales. El jurado ordenó, por unanimidad, que el matrimonio debía cancelar una indemnización por US$ 1 millón, al considerar que los Moldovan habían actuado con malicia, arruinando la reputación de la profesional.
“Estoy orgullosa de mis logros, lo que he hecho. Ellos me lo arrebataron”, comentó Polito, puntualizando que “ha sido una lucha para mí recuperar mi reputación”.