El mosquito, es un diminuto insecto que con sus largas y finas patas se posa en nuestra piel para sacarnos la sangre.
En el mejor de los casos, nos deja con una inflamación acompañada de picor; en el peor, nos transmite enfermedades como la fiebre amarilla.
Sabemos que están por todas partes y, aunque muchas veces no los podemos ver, ese sonido que producen con sus alas transparentes, parecido al de una trompetilla, puede enloquecer a más de uno.
Para conocer bien a este pequeño enemigo, aquí te presentamos 6 datos que quizás no conozcas sobre el mosquito.
1. Todo un regimiento
En el mundo hay más de 2.500 especies de mosquitos que, en las temporadas de crianza superan en número -después de las termitas y hormigas- a cualquier otraintegrantes de la fauna del planeta.
Es tal la concentración de estos insectos en época de reproducción que, según el blog de Bill Gates, en algunos casos pueden cambiar patrones poblacionales.
"En muchas zonas de malaria, la enfermedad hace que la gente se vaya al interior, lejos de la costa, donde el clima es más idóneo para los mosquitos", se lee allí.
2. Más peligroso que el hombre
El mosquito representa una amenaza para la mitad de la población del planeta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año unas 725.000 personas mueren por causa de enfermedades transmitidas por estos insectos.
Y, según datos de la Fundación Bill Gates, el hombre es causante de 475.000 muertes al año.
Pero no sólo se trata de las muertes, las enfermedades transmitidas por mosquitos -como la malaria, el dengue, la chikungunya o el zika- pueden dejar incapacitada temporalmente a cientos de millones de personas.
3. No todas las especies, ni ambos sexos
Si bien en el mundo se conocen más de 2.500 especies de mosquitos, la mayoría de ellas no molestan en absoluto a los seres humanos: viven de las plantas y el néctar de la fruta.
Son sólo las hembras del 6% de las especies -como el Aedes aegypti y el Aedes albopictus- las que chupan sangre humana y de animales para el desarrollo de sus huevos.
4. No es una aguja, son seis
A primera vista parece simple, el mosquito introduce su probóscide, ese apéndice alargado y tubular en la cabeza del mosquito, en nuestra piel.
Pero las apariencias engañan, lo que guarda dentro de esa trompa no es una, sino seis agujas.
Dos de ellas tienen pequeños dientes para penetrar la piel; otras dos sirven como pinzas para mantener la piel separada; y una aguja detectar nuestras venas y succiona nuestra sangre.
Y la sexta es para dejarnos las toxinas en el cuerpo, que es lo que causa la inflamación y el picor.
5. Entra sangre y sale agua
En la medida que el mosquito hembra va succionando la sangre, elimina el exceso de sangre por detrás.
Es como si la estuviera exprimiendo para quedarse con la mayor cantidad de nutrientes para sus huevos.
Según la revista National Geographic, en promedio estos insectos pueden pasarse unos cuatro minutos chupando de nuestro líquido.
"Succionan tan fuerte que los vasos sanguíneos empiezan a colapsar", se lee en el artículo.
"Alguno de los vasos se rompen y esparcen la sangre en los alrededores"; y cuando esto pasa, el mosquito aprovecha y toma directamente del pozo que creó.
6. ¿Y las enfermedades?
No todos los mosquitos hembra transmiten los virus y parásitos que nos causan enfermedades.
Los que transmiten la fiebre amarilla, malaria, dengue y otros trastornos, lo hacen una vez que han saciado su sed de sangre.
Justo antes de irse nos dejan como regalo el virus o el parásito con su saliva.
Esto es lo que nos enferma e incluso puede matar.
El virus o el parásito realmente no afectan al insecto; sólo usan al mosquito como trasportarse.