La familia Fernández de República Dominicana se niega a enterrar a uno de sus integrantes tras sufrir un paro cardíaco porque no creen que está muerto porque su cuerpo esta "flexible, abre los ojos y suda".
"Nosotros le cerramos los ojos y él vuelve y los abre. Vamos a esperar, porque dicen que puede que el paro cardíaco que le dio le dure tres días y después reaccione", es la excusa de la hermana del fallecido, publicada en Clarín, quien mantiene la esperanza que "resucite" luego de estar cuatro días ya en el ataúd en el patio de su hogar.
La policía local advirtió de la situación y han obligado a los familiares a darle sepultura en la localidad de La Vega con una rotunda oposición.
Sin embargo, el encargado del cementerio de la ciudad garantizó realizar un hoyo en el nicho por si el muerto "logra despertar" y pueda salir de su tumba.
Mientras tanto, la sepultura se llena de curiosos y la familia insiste en que sea desenterrado y que se le realice unos estudios para "que le indiquen qué es lo que realmente tiene".