La respuesta parece obvia, pero está lejos de serlo.
Piensa en un vegetal. Es fácil, ¿cierto? Las papas y las zanahorias son vegetales, por supuesto... y, ¿quizás las cebollas? Pero, ¿también la lechuga?
Por otro lado, muchos de nosotros hemos conocido a gente que insiste en que el tomate es una fruta. Aunque otros argumentan que, dado que no es dulce -como una manzana o una pera-, la categoría más apropiada para el tomate es la de vegetal.
En fin, nos fuimos con la pregunta de si los vegetales existen al famoso Real Jardín Botánico de Kew, en Londres, y el director de investigación en Biología Comparativa de Plantas y Hongos, Wolfgang Stuppy, nos dio una respuesta clara:
"No, botánicamente no existen; el término 'vegetal' no es parte de la terminología botánica".
Desde una perspectiva biológica entonces, no son más que plantas.
¿Ni siquiera los nabos y las zanahorias que venden en el supermercado? Pues, no. Para un científico como Stuppy, no son otra cosa que las raíces de esas plantas.
Hablando botánicamente, las cebollas y el ajo son bulbos; las papas y el ñame son tubérculos; los espárragos son tallos; las lechugas, hojas y la coliflor y el brócoli, inflorescencias.
¡Ah! Y las manzanas y las peras efectivamente son frutas (al menos en eso no estamos biológicamente equivocados).
¿Entonces, qué? ¿Los vegetales efectivamente no existen?
Pues, no precisamente, pues los vegetales tienen su lugar en la cocina.
Según cuenta el autor estadounidense Harold McGee en su libro "La cocina y los alimentos" -una de las biblias de los aficionados a la gastronomía-, "los vegetales adquirieron su significado actual apenas hace unos siglos y esencialmente se refieren a cualquier material vegetal que no sea una fruta o una semilla".
No obstante, incluso en el ámbito culinario, la definición del vegetal parece depender en la definición de la fruta.
Una fruta, le señala Stuppy a la BBC, es "cualquier estructura producida por una planta que contiene o debe contener semillas".
Según esto, el tomate efectivamente no califica como vegetal.
Pero si aplicamos esta lógica basada en las frutas, tendremos que borrar decenas de populares alimentos de esa lista, incluyendo los pepinos o cohombros y los calabacines, calabazas y zapallos, pimentones y mazorcas, frijoles y berenjenas, etc., etc., etc.
Los champiñones ni siquiera son plantas, así que tampoco pueden ser vegetales, así como las algas.
Entonces: si le preguntas a un chef, los vegetales sí existen y son las plantas que no son ni frutas ni semillas.
Si le preguntas a un botánico, no existe ni siquiera la definición de vegetal.
Pero sí se lo preguntas a un abogado...
Depende del país en el que vives
La existencia de los vegetales ha sido discutida en el ámbito legal e incorporada a leyes, debido al antiguo dilema de si un tomate es una fruta o no.
Hace más de un siglo, la Corte Suprema de Estados Unidos dio su veredicto sobre el estatus del tomate en el caso de Nix versus Hedden.
La ley de aranceles de 1883 decretó que los vegetales importados, pero no las frutas, debían estar sujetos a impuestos.
Como a la familia Nix le interesaban comercialmente los tomates, usaron los argumentos que les proveía la botánica: que el tomate era una fruta; por lo tanto, estaba desgravado.
Pero los jueces no estuvieron de acuerdo y votaron por unanimidad a favor de la aseveración del funcionario oficial Edward Hedden: el tomate es un vegetal.
No obstante, afuera de EE.UU. las cosas son más confusas.
Un ejemplo es la Directiva 2001/113/EC del Consejo de la Unión Europea, que se refiere al contenido de las mermeladas, jaleas y confituras, y que declara claramente que los tomates "son considerados frutas", del mismo modo que los tallos del ruibarbo, las zanahorias y las batatas.
Como resultado, aunque un frasco de mermelada de cualquiera de los alimentos mencionados no contenga frutas botánicas, su etiqueta debe establecer cuál es el porcentaje de fruta que contiene.
En resumen, ¿existen los vegetales?
Botánicamente, no.
Gastronómicamente, sí.
Legalmente, quizás.
Fácil, ¿cierto?