Científicos han descubierto que numerosas especies de bacterias que viven en el intestino humano pueden interactuar y acumular medicamentos habituales –como los analgésicos, o los utilizados para tratar la depresión, la diabetes y el asma–, lo que podría alterar la función bacteriana y reducir su eficacia.
Estas interacciones entre bacterias y medicamentos podrían ayudar a los investigadores a comprender mejor cómo difieren la eficacia y los efectos secundarios de los fármacos entre las personas.
"Esto exige que empecemos a tratar el microbioma como uno de nuestros órganos", afirmo uno de los autores del estudio, el bioinformático Peer Bork, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) de Alemania.
Acumulando sustancias químicas sin modificarlas
Aun cuando científicos sabían que las bacterias pueden modificar químicamente algunos fármacos, proceso conocido como biotransformación, según el estudio, publicado en la revista Nature, lo que sucede entre fármacos y bacterias podría ser más complejo.
Los experimentos realizados en el laboratorio con más de 20 especies de bacterias intestinales humanas expuestas a 15 tipos diferentes de fármacos dirigidos al ser humano demostraron que, la mayoría de las veces, las bacterias acababan acumulando inesperadamente las sustancias químicas sin modificarlas realmente, según reporta ScienceAlert.
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"Fue sorprendente que la mayoría de las nuevas interacciones que observamos entre las bacterias y los fármacos fueran los fármacos que se acumulaban en las bacterias", afirmó Kiran Patil, director de investigación de la Unidad de Toxicología del MRC de la Universidad de Cambridge.
"Es probable que haya diferencias muy personales entre los individuos, dependiendo de la composición de su microbiota intestinal. Vimos diferencias incluso entre diferentes cepas de la misma especie de bacterias", agregó.
Según el comunicado de prensa de la Universidad de Cambridge, entre los ejemplos de fármacos que se acumularon en las bacterias están el antidepresivo duloxetina y el antidiabético rosiglitazona.
En el caso de otros fármacos, como el montelukast (un medicamento para el asma) y el roflumilast (para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica), ambos cambios se produjeron en bacterias diferentes: fueron acumulados por algunas especies de bacterias y modificados por otras.
"Consecuencias críticas para nuestra salud"
Los fármacos terapéuticos acumulados podrían afectar no solo directamente a las personas, sino que probablemente podrían tener también efectos desconocidos sobre el microbioma intestinal y su composición general, si estos resultados experimentales se reproducen en pacientes humanos reales, lo que aún se desconoce.
"Solo ahora se está reconociendo que los medicamentos y nuestro microbioma tienen un impacto mutuo con consecuencias críticas para nuestra salud", afirmó Athanasios Typas, del EMBL, que codirigió el estudio.
"Los tratamientos farmacológicos podrían individualizarse"
Se necesitará mucha más investigación para comprender la importancia real de este problema de acumulación bacteriana, ya que, como advirtieron los mismos investigadores, los resultados del estudio se refieren únicamente a las bacterias cultivadas en el laboratorio.
"Los próximos pasos serán avanzar en esta investigación molecular básica e investigar cómo se relacionan las bacterias intestinales de un individuo con las diferentes respuestas individuales a fármacos como los antidepresivos: diferencias en la respuesta, la dosis de fármaco necesaria y los efectos secundarios, como el aumento de peso", afirma Patil.
"Si podemos caracterizar cómo responden las personas en función de la composición de su microbioma, los tratamientos farmacológicos podrían individualizarse".