Un reciente estudio reveló que el 84% de los miembros de la Generación Z (Centennials), aquella generación de personas que nacieron entre los años 1997 y 2012, o dicho de otra manera, que va de los 18 a los 25 años, no aceptaría un trabajo si es 100% presencial, pues han dejado atrás la “cultura del ajetreo”, que conceptualiza la idea de trabajar muchas horas, descuidando los aspectos personales.
Carolina Varela, psicóloga laboral y directora de Servicio y Calidad de Adecco Chile, que elaboró el estudio, explica que “los Centennials son la generación que viene después de los Millennials, es decir, parte desde el año 1997 y se extiende hasta los nacidos en 2012. Es el grupo empleado más joven que va desde los 18 a los 25 años, y son personas que están terminando sus estudios o partiendo a trabajar. Su característica principal, es que ya no ponen al trabajo como el centro de su universo; para ellos, es una mentalidad del pasado”.
“Por el contrario, valoran más la flexibilidad laboral y también el trabajo remoto, ya que son esenciales para su equilibrio profesional y personal, un fenómeno que estamos viviendo en el mercado chileno, más aún después de la pandemia que acrecentó la flexibilidad laboral y el trabajo home office”, agrega.
Centennials: ¿Una generación a la que no le gusta trabajar?
Aunque algunos piensan que es así, expertos aseguran que la Generación Z es un segmento que trabaja mucho y que probablemente quiere emprender.
“Saben que para tener un trabajo propio y lograr ser exitosos van a tener que trabajar mucho, pero a su favor tienen el know how (saber hacer) y la disposición de las herramientas digitales. Saben cómo manejarlas y saben que lo van a lograr”, agrega la ejecutiva de Adecco Chile.
Las generaciones anteriores, como los Millennials (o Generación Y), suelen ser críticas en muchos aspectos con las más jóvenes, pero a juicio de los expertos hay mucho que reconocerles.
“Antes había prácticas que teníamos muy normalizadas, pero que no estaban bien, como por ejemplo que te dejaran trabajando más horas sin que te pagaran horas extra, que a lo mejor las condiciones de tu oficina y de tu entorno no fueran las mejores, que la hora de colación fueran 40 minutos o media hora, o que te interrumpieran en tus horas libres o en tus vacaciones para pedirte un dato”, advierte Carolina Varela.
Y es que generaciones anteriores muchas veces ni siquiera tomaban vacaciones, lo que muchos denominaban “la cultura del ajetreo”.
“Conceptualiza esta idea de trabajar muchas horas descuidando algunos aspectos personales o vida personal. La Generación Z ya no pone al trabajo como el centro del universo; para ellos esa es una mentalidad 100% del pasado. Por el contrario, es un segmento que valora muchísimo la flexibilidad laboral, el trabajo remoto, el equilibrio entre el tiempo que se destina al trabajo y a la vida personal. Ya no viven para trabajar como hacían generaciones anteriores”, argumenta la psicóloga laboral.
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Por eso es que hoy las empresas deben adaptar sus estrategias de gestión del talento para fomentar una cultura que celebre la diversidad generacional y promueva un ambiente laboral inclusivo.
Por eso, Varela concluye que “la modalidad híbrida llegó para quedarse y las compañías deben adaptarse, pues esta transición permite que las empresas aprovechen la oportunidad de mejorar la productividad y el compromiso de su fuerza laboral”.
