Estudio chileno de impacto mundial: astronautas deberían ser obesos para hibernar en viajes largos
Una original investigación chilena está teniendo impacto mundial, ya que expone que los astronautas deberían ser obesos para hibernar en un viaje espacial muy largo.
Por ejemplo, un astronauta de 1,70 metros de estatura debería tener unos 200 kilos de grasa para poder sobrevivir 90 años en un estado de hibernación. Esto, siempre que tuviera el mismo metabolismo que el monito del monte, un pequeño marsupial que vive en el bosque del sur de Chile.
A esa conclusión llegó un estudio realizado por tres investigadores chilenos, el cual ya acapara páginas de la prensa internacional.
La investigación profundizó en la fisiología de los animales, grandes y pequeños, que hibernan. Para ello plantearon una situación hipotética como la de la película “Passengers” (Pasajeros) –protagonizada por Jennifer Lawrence– y se preguntaron: ¿Qué pasaría si por error despierta una persona que hiberna cuando sólo han pasado 30 años y le quedan 90 para llegar a su destino?
Una de las dudas que buscaron resolver es: ¿Cuánto sería su gasto energético comparado con los que siguen hibernando? Así concluyeron que teniendo el metabolismo del monito del monte una persona despierta comería el alimento de 50 personas que hibernan en sólo un día.
El ecólogo Roberto Nespolo, académico de la Universidad Austral y director del Núcleo Milenio Patagonian Limit-of-Life (LiLi), quien lideró la investigación, contó a El Mercurio que “me han entrevistado de la revista Newsweek, del London Times y de la revista New Scientist. Nunca antes habíamos tenido una repercusión así por un estudio, lo cual muestra que cuando se busca un enfoque más cercano se puede llegar a más personas con temas científicos que son complejos”.
Nespolo es un estudioso del monito del monte, el único animal que hiberna en Sudamérica. Junto con Carlos Mejías y Francisco Bozinovic –Premio Nacional de Ciencias Naturales– se han especializado en el estudio del consumo energético de los animales y las estrategias biológicas para su ahorro.
“Estábamos haciendo la discusión de otro paper y empezamos a revisar la literatura sobre la hibernación. Nos dimos cuenta de que no había muchos trabajos en que se calculara el ahorro energético de la hibernación y comenzamos a hacer cálculos sobre cuánta energía consumen los animales en ese estado. Nos dimos cuenta de que teníamos otra investigación entre las manos”, señaló Nespolo.
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Así, diversos estudios los llevaron a entender que para un ser humano no sería un ahorro energético importante hibernar, por lo que calcularon cómo sería el ahorro con las capacidades de un hibernante natural, como el monito del monte.
De esta forma, un humano gastaría 6,3 gramos de grasa por día, lo que equivale a 2,2 kilos por año. De manera que si una persona quisiera hibernar durante un viaje de 90 años, primero necesitaría sumar 204 kilos de grasa para sobrevivir, de acuerdo con el estudio de los investigadores chilenos. Esto porque al hibernar hasta los intestinos entran en estado de letargo y no sería posible alimentar a una persona.
¿Podrán hibernar los humanos en algún momento? Nespolo dice que habría que hacer modificaciones genéticas. Sí se ha conseguido que ratones modificados hibernen. Además, añade, el estudio de la hibernación en humanos abre la puerta a otros procedimientos, como los trasplantes, donde se podrían conservar mejor los órganos y el paciente receptor podría hibernar para no deteriorar aún más su estado.