Toshiyuki Kuroki y su esposa Yasuko llevan más de 60 años de matrimonio, un tiempo bastante extenso en el que han vivido varias emociones.
Una de las más fuertes fue cuando su mujer perdió la vista a los 56 años de edad a causa de una diabetes, truncando el sueño de ambos de viajar por todo japón una vez que jubilaran. La señora Kuroki se encerró en su casa y su esposo no supo cómo aliviar su dolor, aunque tuvo una idea única.
Un día Tushiyuki conoció a una flor llamada shibazakura, que emite un suave y dulce olor. Así, decidió crear un jardín tan bello para que su esposa, aún ciega, pudiera disfrutar: Pasó más de 20 años creando un campo de hermosas flores para que su esposa pudiera disfrutar de su inconfundible olor.
Pasó dos años preparando la tierra antes de plantar miles de flores alrededor de su propiedad. Su creación es tan increíble, que incluso se transformó en un atractivo turístico con cerca de siete mil visitantes al día, quienes no dudan en visitarlo por su belleza y por su historia.