AFP
Harvey Weinstein se declaró no culpable este martes de violación y agresión sexual en una corte de Manhattan, en el arranque de una pelea judicial emblemática para el movimiento #MeToo, que sueña con verlo tras las rejas.
"No culpable", murmuró el antes todopoderoso productor de Hollywood en voz baja ante el juez que le leyó su acta de acusación, vestido de saco, corbata y jeans oscuros en un tribunal de Manhattan repleto de abogados y periodistas. Varias veces simplemente respondió que "sí", cuando el juez le recordó los detalles de su libertad condicional.
Fue su abogado, Bren Brafman, quien más habló en la audiencia. "No importa cuán reprensible sea el crimen, se presume que Weinstein es inocente. Es también reprensible acusarlo falsamente de violación", dijo Brafman. "Vamos a luchar contra esto en la corte".
Weinstein fue inculpado el 25 de mayo de un delito por haber obligado a una joven a practicarle sexo oral en 2004, en las oficinas del estudio Miramax y de otros dos delitos por haber violado a otra joven en 2013. Podría pasar hasta 25 años de cárcel.
Aunque solo dos mujeres son mencionadas en esta acusación en el ámbito penal, más de un centenar afirmaron desde octubre haber sido acosadas sexualmente por Weinstein a lo largo de varias décadas. Esto convirtió al exproductor en un catalizador del movimiento #MeToo y en uno de los peores depredadores sexuales de la historia reciente de Estados Unidos.
La fiscalía no ha divulgado la identidad de las acusadoras.
Brafman ha dicho que la demanda por violación involucra a una mujer que durante una década tuvo una relación consentida con Weinstein, pero esta información no ha sido confirmada.
La inculpación por felación forzada proviene de Lucia Evans, una consultora de marketing que en 2004 soñaba con ser actriz y que en octubre pasado contó su historia a la revista The New Yorker.
Su relato es similar a muchos otros testimonios de famosas actrices como Ashley Judd o Gwyneth Paltrow, y sobre todo de jovencitas desconocidas que esperaban que el productor las convirtiera en estrellas.
Evans relató que Weinstein le prometió un rol en su programa para aspirantes a modelo "Project Runway", antes de obligarla a practicarle sexo oral. Luego el productor continuó la jornada como si nada hubiese sucedido.
Weinstein deberá presentarse nuevamente ante la corte el 20 de septiembre.
Diferente al juicio de Dominique Strauss-Kahn
Condenado ya por la opinión pública, ¿podría Weinstein, de 66 años y padre de cinco hijos, evitar la prisión?
"Es difícil predecir el desenlace", subraya Suzanne Goldberg, profesora de Derecho de la Universidad de Columbia, en parte porque "no han habido muchas demandas por agresiones sexuales contra personas conocidas. Lo cual dice mucho sobre el escepticismo que ha prevalecido sobre las mujeres que acusan a hombres poderosos".
El movimiento #MeToo quebró el status quo favorable a los hombres, como mostró la reciente condena del famoso actor de televisión Bill Cosby por una agresión sexual de 2004, en un segundo juicio.
Pero el fiscal deberá "probar 'más allá de una duda razonable' que Weinstein cometió delitos con esas dos mujeres en particular", señala.
Sin embargo, nadie piensa que las demandas quedarán en la nada, como fue el caso para Dominique Strauss-Kahn, acusado de haber agredido sexualmente a una camarera en su hotel de Nueva York en 2011. Aunque es el mismo Ben Brafman, una eminencia del colegio de abogados, quien defendió al exdirector general del FMI frente al mismo fiscal de Manhattan, Cyrus Vance.
El abandono de las demandas contra DSK cuando la credibilidad de la acusadora se vino abajo fue una bofetada para Vance. Esta vez, el fiscal ha tomado todas las precauciones para verificar las pruebas y la credibilidad de las demandantes, dijeron varios abogados consultados por la AFP.
Para Michael Weinstein (sin parentesco con Harvey), abogado neoyorquino y exfiscal federal, Brafman intentará probar que "las relaciones fueron consentidas" en ese momento, aunque luego, con la llegada del #MeToo, las acusadoras "ya no tienen ese recuerdo".
¿Cuántas mujeres?
Como para Cosby, la batalla principal giraría en torno de las otras potenciales víctimas de Weinstein, que la acusación puede llamar al banquillo como testigos.
Algunos de estos testimonios pueden bastar para convencer al jurado de que el productor tenía "sistemáticamente tendencia" a abusar de las mujeres, subrayó Michael Weinstein.
Bennett Gershman, profesor de Derecho de la Universidad Pace, está casi seguro de que el productor, "el más deshonrado de los depredadores sexuales", terminará en los próximos meses negociando un acuerdo para declararse culpable, evitar un juicio y así lograr una reducción de su pena.
Por más bueno que sea Brafman, "incluso el mejor abogado no puede hacer magia", dijo Gershman. "Ningún jurado tendrá simpatía por Weinstein".
A la espera del desenlace de la batalla penal, el caso otorgará municiones a más de una decena de mujeres que demandan a Weinstein ante la justicia civil.
Como ilustró el caso O.J. Simpson, un veredicto de culpabilidad es más fácil de obtener en el ámbito civil que en el penal. Por ello, aunque escape a una dura pena de cárcel, Weinstein parece condenado a la ruina.