La firma de lencería Victoria's Secret celebró este lunes su primer desfile de moda en China, en un espectáculo marcado por reveses y polémicas durante la preparación del ostentoso espectáculo.
Con su fashion show en Shaghái, la marca estadounidense espera entrar de lleno en el creciente mercado de la lencería en China para contrarrestar la caída de beneficios en norteamérica.
El espectáculo había sufrido un revés el viernes, cuando la modelo estadounidense Gigi Hadid, de 22 años y una de las cinco mejor pagadas del mundo, según la revista Forbes, anunció que no participaría.
Aunque no explicó los motivos, la decisión se produjo después de un revuelo por un video en el que la modelo imitaba los ojos rasgados de los chinos.
Eso se sumó a informaciones no confirmadas de la prensa estadounidense según las cuales a tres modelos rusas y una ucraniana se les había negado el visado.
También informaban de que a la cantante Katy Perry, que debía actuar durante el espectáculo, China le negó el visado.
Según estas informaciones, a China le había molestado que Perry mostrara la bandera de Taiwán -rival diplomático de Pekín- durante una actuación. Algo que ni Perry, ni el Gobierno chino ni Victoria's Secret confirmaron.
El desfile de este lunes en el Mercedes-Benz arena de Shanghái tuvo algunos contratiempos.
Una caída del sistema provocó un retraso en la entrada de miles de invitados y, con ella, del inicio del desfile.
Y una de las modelos chinas que participaron, Ming Xi, se resbaló en medio de la pasarela.
Probablemente la escena se eliminará en la versión editada que se difundirá en más de 190 países el 28 de noviembre.
Victoria's Secret espera hacerse un hueco en el mercado chino, con la apertura este año de dos grandes tiendas, en Shanghái y Chengdu, después de que las ventas de la empresa se hayan hundido en Estados Unidos.
La lencería es uno de los segmentos de moda femenina que más crecen en China, según la empresa de estudios de mercado Mintel.
La pieza más cara mostrada en la pasarela de este lunes fue un sostén concebido por la empresa de lujo suiza Mouawad, con unas 6.000 piedras preciosas y un valor de 2 millones de dólares.