"These people": el álbum con el que Richard Ashcroft debuta en Chile
Tras las idas y venidas con The Verve —al menos dos, desde su primera separación en 1995—, Richard Ashcroft parece reconvertido. Como si se tratase de una forma de olvidarse un poco de su pasado, el músico nacido en Lancashire se rapó la cabeza y se vistió de traje. Del brit pop quedan los himnos, recuerdos escondidos bajo esa mirada desafiante que lo caracterizó en los años noventa, que ahora se pierde en los cristales de sus lentes oscuros.
En lo estético, al menos, la voz de "A song for the lovers" luce renovado. Pero en el bolsillo del saco celeste que luce en la portada de "These people" (2016), su último trabajo discográfico, el músico se guarda una página del guión de un papel que tan bien interpretó desde el nacimiento de su antiguo grupo.
Porque el cantautor retorna a ese lugar en el que componer se le vuelve más sencillo. Donde las melodías llevan su firma: ese fraseo a lo Bob Dylan en "They don't own me" sobre el grupo de cuerdas o los acordes acústicos de "Black lines" que parecen una extensión de "Urban hymns" (1997).
Aunque, claro, en su afán por darle más variantes a su proyecto solista, experimenta con los sintetizadores y una tibia cadencia electrónica. Pero su fuerte está en la emoción y la nostalgia, el sombrío grito de batalla con el que se convirtió en una de las voces más reconocibles del rock británico de las últimas décadas.
De allí no puede escapar.
NME lo catalogó de "leyenda"; Shortlist dijo que es "el regreso del Ashcroft clásico"; y Q Magazine recalcó que la mencionada "They don't own me" es "una de las mejores canciones que ha escrito".
Eso sí, "These people" no contó con el beneplácito transversal de la prensa de su país. Porque The Guardian publicó que en esa búsqueda por reencontrarse con su sonido más conmovedor y armónico de su etapa con su banda madre, el artista se quedó a mitad de camino.
"A excepción de 'Black lines', su trabajo se vuelve aburrido", apuntó el medio.
Richard Ashcroft se presenta este jueves 20 de octubre en el Teatro Caupolicán e independiente de cualquiera de esas impresiones, su debut en un escenario chileno será la oportunidad de oír por primera vez un catálogo lleno de clásicos. Desde "Sonnet" hasta "Better sweet symphony. O "Lucky man" o "Space and time".
La historia reciente de la música del Reino Unido en la voz de uno de sus intérpretes más característicos.