AFP
Prince perdió repentinamente la consciencia mientras cenaba durante un vuelo en el que regresaba a casa de su último concierto, según el primer testimonio público sobre la crisis de salud del ícono del pop seis días antes de su muerte.
El episodio ocurrido el 15 de abril obligó a un aterrizaje no previsto para trasladar al músico a un hospital.
Judith Hill, artista quien trabajó estrechamente con Prince en los últimos dos años, dijo en una entrevista con el diario The New York Times que ambos conversaban mientras cenaban pasta y vegetales durante el vuelo de Atlanta a Minneapolis.
Hill, de 32 años, vio como "sus ojos quedaron fijos" antes de perder el conocimiento poco después de la una de la madrugada (05H00 GMT).
"Afortunadamente, lo estaba mirando", por lo que se dio cuenta de que estaba inconsciente, no dormido, dijo al diario.
Hill y Kirk Johnson, asesor y amigo del cantante y único otro pasajero en el vuelo, intentaron infructuosamente reanimar a Prince, que tenía 57 años.
Alertaron al piloto, quien se comunicó con la torre de control de Chicago para notificar la situación.
"Sabíamos que era cuestión de tiempo, que debíamos bajarlo" del avión, dijo Hill al periódico. "No teníamos nada abordo que pudiera ayudarlo".
El avión aterrizó en Moline, Illinois, y fue recibido por una ambulancia en la pista.
Prince fue reanimado con una inyección de Narcan, una droga utilizada para tratar sobredosis con opiáceos, señala el diario. Fue trasladado a un hospital, en el que permaneció durante varias horas.
Públicamente, Prince había atribuido el aterrizaje de emergencia a una gripe.
Pese a que en un principio se mostró reticente a buscar ayuda tras el susto, Prince se sometió a análisis clínicos con un médico local y se contactó con un especialista en adicciones de California, agrega el Times.
"Lo hizo porque estaba preocupado y quería hacer lo correcto", señaló Hill. "Y eso es lo que más me duele, porque estaba intentando. Estaba intentando".
Prince fue hallado muerto el 21 de abril en su propiedad de Paisley Park. Su deceso fue catalogado como una sobredosis accidental con fentanyl, un poderoso opiáceo utilizado para tratar dolores severos.
El artista había sido sometido a una cirugía de cadera en 2010. No obstante, lucía saludable y era conocido por sus maratónicos conciertos.
Hill dijo que pese a su estrecha relación con Prince, no tenía idea de que sufría dolor, y calificó a las circunstancias de su muerte como "muy impactantes".