Durante la madrugada de lunes, Kim Kardashian sufrió un violento asalto en la pieza de un hotel en París donde se hospedaba por la Semana de la Moda. Un grupo de delincuentes disfrazados de policía entró en su habitación para robarle sus joyas y objetos de valor. Pero más allá de las cifras detrás del hecho, comienza a conocerse el terror que sintió la celebridad durante esos minutos.
"Kim fue atada, amordazada y le envolvieron la cabeza con cinta adhesiva. Le pusieron ataduras de plástico alrededor de las muñecas pero consiguió quitársela retorciéndose las manos", dijo una fuente a Us Weekly.
Porque la figura televisiva le contó su experiencia a su círculo íntimo, asegurando que "llegó a creer que la iban a violar". "Estaba histérica, pero no gritó. Sabía que tenía que guardar silencio para sobrevivir. Tenía una pistola en la cabeza todo el tiempo", añadió la misma persona consultada por la revista.
Kim Kardashian "pensaba que sería asesinada en el baño", comentó la fuente, agregando que lloraba histéricamente y que rogaba por su vida hablándole sobre sus bebés.
Fue la propia estrella de la televisión la que dijo a la policía que los asaltantes no hablaban inglés. Solo conocían la palabra "ring" ("anillo" en español), por lo que supo de inmediato que buscaban el anillo con el que Kanye West le pidió matrimonio y que cuesta US$ 3 millones.
Después que los antisociales se retiraron del lugar, corrió hasta el balcón donde pidió ayuda. Allí la auxilió su amiga y ex estilista Simone Harouche, que se encontraba en otra habitación, unos pisos más abajo.
Esa misma noche, su esposo tuvo que suspender un concierto en medio de la presentación por la que llamó "emergencia familiar". Y en Francia, la policía sigue investigando el hecho. Si bien conocen la violencia de la banda en cuestión, no han logrado identificar su procedencia.