Cuando en 1986 se estrenó la inolvidable "Nueva semanas y media" el actor estadounidense Mickey Rourke se volvió un símbolo sexual de la época y su carrera auguraba el éxito y el reconocimiento mundial.
Sin embargo, las malas decisiones, adicciones y los giros de la actuación, lo llevaron a un camino pedregoso por el cual se vio inmerso en una profunda depresión que lo llevó a pensar en una drástica decisión.
"Yo estaba pasando por un momento realmente muy duro. Estaba decidido a irme", cuenta la estrella, de 63 años, durante el documental Eating Happiness.
"Cuando estaba buscando en qué sitio de mi cabeza colocar el arma, apareció mi perro Beau Jack y gimió. Entonces lo miré a los ojos, él me miró y entendí que me estaba diciendo: '¿Quién cuidará de mí?'. Y me di cuenta de que no merecía la pena morir", relata el actor, activista de la organización PETA.
Su relación con los animales quedó expuesta cuando ganó un Globo de Oro con "El Luchador" (2008). Durante su discurso tuvo palabras para sus fieles mascotas.
"A veces, cuando un hombre está solo, todo lo que tiene es a su perro. Significan mucho para mí. Mis perros son todo lo que vale la pena en la vida. Ellos estaban allí cuando no había nadie más".
Fue durante el 2000 cuando su perro falleció de un ataque al corazón. "Incluso le realicé respiración boca a boca durante 45 minutos, pero no sirvió", confesó el intérprete de Sim City.