El profesor Jirafales, que fue interpretado por el recién fallecido Rubén Aguirre, tenía dos particularidades entrañables que lo convertían en uno de los personajes favoritos de la serie de televisión mexicana El Chavo del 8: era maestro y un eterno enamorado.
Y a partir de esas dos características surgieron las frases más inolvidables de un personaje querido que entretuvo a millones de niños -y adultos- de América Latina durante casi una década.
"¡TA, TAA, TAA!" era el grito que se le escapaba cada vez que perdía la paciencia y ya no podía controlar a los niños como Quico, el Chavo, la Chilindrina, Godines y Ñoño, los alumnos que asistían a la escuela donde él enseñaba y donde no dudaban en llamarlo "profesor longaniza" por su generoso 1,96 de estatura.
Y ese "¡TA, TAA, TAA!" también se replicaba en sus intercambios con los otros personajes de la serie, que siempre terminaban por colmar la paciencia del Jirafales.
Pero como todo buen maestro, siempre insistía no sólo en enseñar cómo sumar o cómo apreciar El Quijote de la Mancha, sino cómo respetar al otro: siempre fue un buen intermediario en las peleas dentro de la vecindad del Chavo.
Vecindad donde vivía su gran amor: Doña Florinda, la madre de Kiko y el azote de Don Ramón. Apenas estos dos personajes se encontraban, el romance llenaba el aire de la serie.
"¡Profesor Jirafales!", decía ella con un gesto de total entrega, mirada ensoñadora y gesto coqueto.
''¡Doña Florinda!", decía el profesor, siempre acompañado de un profuso ramo de flores y fumando un cigarro.
"Qué milagro verlo por aquí", apuntaba Doña Florinda y él respondía, una y otra vez, durante 10 años, como sólo lo pueden hacer los verdaderos hombres enamorados: "Vine a traerle este pequeño obsequio".
El diálogo terminaba con una invitación que quedó grabada en la memoria colectiva de todos los fanáticos de esta serie: "¿No le gustaría pasar a tomar tacita de café".
"¿No será mucha molestia?", respondía con caballerosidad cortesana quitándose el sombrero, para internarse en de la casa de Doña Florinda.
Maestro de la risa inolvidable
El profesor Jirafales o el "maistro Longaniza", como se burlaban de él sus estudiantes, no solo se limitaba a las frases de conquista o el regaño en la escuela.
También quedaron otras frases en la memoria de los televidentes. Por ejemplo nuestro lector Anthony Vit recordó sentencia del profesor Jirafales:
"Yo nunca me equivoco. Bueno, de hecho, una sola vez me he equivocado en mi vida: una vez cuando creí que estaba equivocado", recordó.
Y fue en las redes sociales donde comenzaron los homenajes al maestro del Chavo 8. De hecho fue en Twitter donde se dio a conocer la noticia: Edgar Vivar, quien interpretó al personaje del señor Barriga, escribió en su cuenta sobre el fallecimiento de Aguirre.
"Descansa en paz maistro Longaniza, sin duda el maestro más querido de la vecindad del Chavo y de todos de alguna manera aprendimos de sus enseñanzas a través de las pantallas", dijo Muller Merlo en respuesta a la noticia.
Pero otros quisieron destacar otros talentos: "Fumaba en el salón, sabía de todoy le daba "cranky" a la mamá de uno de sus alumnos".
Tal vez por eso la muerte de Rubén Aguirre se sienta tanto: porque ya no quedan caballeros como él. Ni maestros legendarios, aunque sólo sea en la ficción.