Este jueves se estrena en Chile la película "Buscando a Dory", la esperada secuela de "Buscando a Nemo" y probablemente algunos aún no sepan cómo se inició esta saga acuática de Pixar.
Han pasado casi 13 años desde que la primera parte llegase a los cines locales y dos décadas desde que Andrew Stanton, co-director de la cinta, tuviese un paseo revelador, según cuenta el libro "To infinity and beyond!: The story of Pixar Animation Studio".
Stanton tuvo que pasar demasiado tiempo en la preparación de "Bichos, una aventura en miniatura" (1998). A la vez, se sentía muy culpable por no estar en casa con su hijo de 5 años.
Después de unas semanas, tuvo un tiempo para él y salieron a dar un paseo por el parque. El problema fue que solo estuvo preocupado de que no le pasara nada.
"Lo arruiné. Me pasé todo el paseo diciendo: quédate en la acera, no toques, es demasiado afilado. O: está sucio, suéltalo. Recuerdo verme a mí mismo hacer eso y decirme 'Te estás olvidando del verdadero objetivo del paseo'. Esto me llevó a pensar en la premisa de que el miedo puede convertir a un buen padre en uno malo", confesó el co-director.
Así, se dio cuenta de que no había muchas películas de animación que trataran una temática acerca de la relación entre padres e hijos. Y menos desde el punto de vista de los padres.
"Me llevó años desarrollarlo, pero una vez que tuve todas las piezas, tardé un año y medio en escribirlo hasta que lo llevamos a producción. A John Lasseter, apasionado del buceo, le encantó que se ambientase en el mar y los complejos personajes —¿un tiburón que quiere ser vegetariano?—, por lo que el proyecto siguió adelante hasta convertirse en lo que todos conocemos", cerró.