Quizás no le debe la fama, pero si hay algo que tendría que agradecerle el cantante James Blunt a Carrie Fisher es el apoyo que necesitó para convertirse en estrella en Estados Unidos y no perder la cabeza en el intento.
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En diversas entrevistas, la protagonista de "Star Wars" se autodefinió como la "terapeuta" del músico, gracias a una historia poco conocida de sus vidas.
Hasta antes del lanzamiento de "Back to Bedlam" (2004), el álbum debut de Blunt, este solo era un ex capitán del Ejército Británico. Pero después de alcanzar el reconocimiento artístico en su país, la segunda fase fue trasladarse a Estados Unidos, plaza en la que su fama iba en rápido aumento.
Pero para asentarse al otro lado del Atlántico, el hombre de "You're beautiful" necesitaba de alguien que pudiese apoyarlo en el proceso. Por eso, su novia Dixie Chassay aprovechó un viaje de Fisher a Londres para presentarlos.
Los padres de Chassay tenían una amistad de años con la intérprete de la "Princesa Leia". Así que ese fue el primer acercamiento, que terminaría con Blunt alojando en la mansión que tenía la actriz en Beverly Hills.
Aunque al comienzo tomaron distancia, su relación se convirtió en una fraternal convivencia.
Según la propia Fisher, Blunt vio y vivió muchas cosas terribles estando en el Ejército. "Él nunca había estado en terapia y he tenido suficiente para los dos, así que empezamos a hablar muy profundamente de su tiempo enlistado y los impactos que esto representó. Así que fui un poco su psiquiatra-patrona", dijo la artista a The Independent.
"Al final, hemos llegado a ser muy pero muy buenos amigos. James es una buena persona y fue muy bueno conmigo en momentos en que sufrí la muerte de un amigo. Es un alma muy buena. Me convertí en su terapeuta. Aún le hablo todo el tiempo", añadió en aquella oportunidad.
Además, confesó que le presentaba su música a cada uno de sus amigos que iban a visitarla a su casa.