Lemmy Kilmister murió el 28 de diciembre de 2015 y auguró el fatídico año venidero para la música. Como si hubiese regresado con la hoz en la mano y la túnica negra cubriendo su cuerpo, el líder de Motörhead dejó abierta la puerta por la que varios de sus coterráneos comenzaron a pasar.
El primero fue David Bowie, uno de los artistas más definitorios de la historia, que murió el 10 de enero producto de un cáncer que mantuvo en extrema reserva hasta el día fatal. Pocos días antes de su deceso, el hombre de “Starman” publicó su último disco llamado “Blackstar”, que contenía un sinnúmero de señales sobre su enfermedad. Esa fue la forma que delimitó “Ziggy Stardust” para contarle al mundo que se desvanecía.
Prince, en cambio, no tuvo tiempo de despedirse. La voz de “Kiss” murió de manera sorpresiva a los 57 años, el 21 de abril, cuando fue encontrado en su residencia en Paisley Park, en Minnesota.
Eso sí, el estadounidense hizo temer a sus fanáticos una semana antes, tiempo en que fue internado de urgencia en un centro asistencial debido a un cuadro gripal. Su estado era delicado. Incluso, un vuelo que lo trasladaba debió aterrizar de emergencia para llevarlo al hospital.
Parecido al deceso de Bowie fue lo que ocurrió con Leonard Cohen, el 7 de noviembre. El poeta y dramaturgo canadiense aseguró en una entrevista que “estaba listo para morir”, mientras relataba el fallecimiento de su musa Marianne Ihlena. Su último álbum “You want it darker” respondía a esas inquietudes, que también significaron el epílogo de su carrera musical.
Y ni siquiera en Navidad la muerte nos dejó en paz, porque el polémico músico británico George Michael murió a los 53 años, de manera pacífica y en su casa, tal y como expresó su publicista.
Entremedio, además, nos dejó Peter Rock; Pete Burns de Dead or Alive; George Martin —el productor de The Beatles—; Keith Emerson y Greg Lake de Emerson, Lake & Palmer; Frank Sinatra Jr.; el rapero Phife Dawg del grupo A Tribe Called Quest; Maurice White, fundador de Earth, Wind & Fire; Glenn Frey, uno de los fundadores de la banda Eagles; la cantante Natalie Cole; y Christina Grimmie.
Y en Latinoamérica, el deceso que marcó al continente fue el de Juan Gabriel. El ícono de la canción mexicana falleció a las pocas horas de su último concierto, en Santa Mónica, California. Allí, interpretó "Gracias al sol" —esa exquisita reversión de "Have you ever seen the rain" de Creedence Clearwater Revival— y "El Noa Noa", toda su historia resumida en esos éxitos.
Aunque las muertes no fueron las únicas despedidas.
Porque actualmente Black Sabbath se encuentra girando por el mundo gracias a un tour llamado "The end", el que será el último para Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Geezer Butler en conjunto. Lo mismo ocurre con Aerosmith, que si bien tiene agendados algunos shows para el próximo año, se cree que en el corto plazo dejarán de realizar giras mundiales.
Y en nuestro país, el vocalista de Fiskales Ad Hok, Álvaro España, comunicó que la banda punk dejará de tocar.
Aunque si de historia se trata, este 2016 también quedará escrito como el año en que Bob Dylan, The Rolling Stones, Paul McCartney, Roger Waters, The Who y Neil Young se reunieron en un festival de leyendas llamado Desert Trip. Los seis titanes del rock se presentaron durante dos fin de semana consecutivos en el Empire Polo Club de Indio, California, mismo recinto donde año a año se realiza Coachella.
De todos los músicos mencionados, solo Ronnie Wood —el guitarrista de los Stones— no supera los 70 años, por lo que es muy probable que una cita como esta jamás vuelva a repetirse.
Y por si fuera poco, en Chile, el 2017 comenzará con un sensible adiós: el 7 de enero, en la Cumbre del Rock Chileno, Jorge González dará el último concierto de su vida.