Dos Osos de Plata para el cine latinoamericano
El fin de la versión 67 de la Berlinale dejó importantes reconocimientos para Chile y México. Los realizadores chilenos, Sebastián Lelio y el mexicano Esteban Arrangoiz Julien, fueron los representantes latinoamericanos que se adjudicaron Osos de Plata por sus trabajos cinematográficos en la última versión de la Berlinale.
El cortometraje "Ensueño en la pradera”, del mexicano Arrangoiz, se quedó con el premio al mejor cortometraje presentado en el festival de cine que se realiza en Berlín. Una obra que trata de reflejar las difíciles condiciones de vida que sufren muchos mexicanos y el impacto de la violencia en los habitantes de los pequeños pueblos
Por otro lado, "Una mujer fantástica”, del chileno Lelio coproducida por Chile, España, Estados Unidos y Almania, fue la ganadora al mejor guión. Se trata de una historia centrada en el rechazo social a una mujer transgénero. En la cinta se ve como Marina, el personaje protagónico de la película es vetada y excluida por la familia de su novio cuando llega el momento de darle el último adiós al quien fuera su pareja.
El filme de Lelio, también se quedó con el Teddy a la mejor película de la Berlinale, galardón que distingue el cine de contenido homosexual o con especial sensibilidad hacia esa comunidad.
Menciones y premios especiales
Otros galardonados fueron el corto "Centauro", del argentino Nicolás Suárez, con una mención especial, "The Jungle Knows You Better Than You Do", de la directora colombiana Juanita Onzaga que se llevó el Premio Especial al mejor cortometraje del jurado internacional de la sección Generation 14plus.
"La libertad del diablo", del mexicano Everardo González, ganó el premio de Amnistía Internacional para documentales. En tanto, el filme "Pendular", de la brasileña Julia Murat, ganó el premio de la Federación Internacional de la Crítica Cinematográfica en la sección Panorama.
El Premio de la Paz recayó en el documental "El pacto de Adriana", en el que la realizadora chilena Lissette Orozco se sumerge en el pasado de su tía Adriana Rivas y su paso por el cuartel Simón Bolívar como secretaria de Manuel Contreras, jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional durante la dictadura de Pinochet en Chile.