De Selena Gomez a Fred Durst: ¿Cómo reaccionaron al uso de los smartphones en sus conciertos?
"¿Ustedes no compraron boleto? ¡No hay problema!". Esa fue la divertida reacción de Selena Gomez cuando se dio cuenta que una de sus fanáticas —ubicada en primera fila— estaba transmitiendo en vivo su concierto en Washington del pasado sábado.
La mujer de "Good for you" tomó el smartphone de la fanática y saludó a los seguidores que la estaban mirando a través de la transmisión por FaceTime de su fan.
La actriz de "Los hechiceros de Waverly Place" se ganó la admiración de los asistentes, pero otros no han tenido tanta suerte con el uso de sus teléfonos inteligentes en su concierto.
En pleno show en Verona, Italia, Adele le habló golpeado a una de sus fans que estaba filmándola. "Quiero decirle a esta dama, ¿podrías dejar de filmarme con la cámara de video? Porque estoy aquí, en la vida real", dijo la voz de "Hello".
Eso sí, a su favor estaba que la mujer en cuestión llegó hasta el teatro con un trípode incluido.
"Puedes disfrutarlo ahora en la vida real y no a través de una cámara. ¿Puedes bajar tu trípode? Esto no es un DVD, esto es un show de verdad. Realmente me gustaría que disfrutaras de mi show porque hay mucha gente allá fuera que no pudo entrar", agregó Adele.
En abril, una fanática quiso ir más allá y recibió una respuesta "extrema".
En pleno concierto de The Story So Far, se subió al escenario para hacerse una selfie con la banda. Pero al vocalista de la agrupación punk pop no le hizo gracia, tomó carrera y le lanzó una patada voladora que la botó de regreso al público.
Lo mismo ocurrió en Chile, en la celebración de los 20 años de carrera de Limp Bizkit.
Un seguidor de la banda burló a la seguridad y se puso al lado del guitarrista Wes Borland para una foto, pero el guitarrista lo golpeó para sacárselo de encima.
Eso sí, Fred Durst, la voz de "My generation", se acercó en varias oportunidades a sus fanáticos, filmando y sacando fotografías y selfies con los smartphones de sus fanáticos.
A esta altura, parece que los artistas deben comenzar a acostumbrarse. Al menos, hasta que sus fans no invadan el escenario.