Con Cerati omnipresente: las claves del inicio de “Séptimo día” del Cirque du Soleil
La vuelta del Cirque du Soleil a Chile fue en grande. Este miércoles ante un Movistar Arena repleto, la compañía canadiense de entretenimiento dio inicio a la extensa muestra de “Séptimo día” en nuestro país —que tendrá su última función el 6 de agosto—, aquel inédito proyecto basado en la obra de Soda Stereo.
El espectáculo lleva más de 100 mil entradas vendidas en tierra local, y en T13.cl te mostramos cuáles son las claves de un show deslumbrante y emotivo.
El escenario desplegable
Una de las novedades que presenta este espectáculo del Cirque du Soleil a diferencia de los anteriores era la inclusión de un escenario principal para entregar la sensación de un concierto de rock onírico. Y aunque, en ese aspecto, la respuesta del público no fue tan apasionante como en las citas musicales, el despliegue de esta plataforma que asemejaba un planeta —llamado Soda Stereo— deslumbró por su espectacularidad: en un par de oportunidades se dividió en dos para que el fragmento superior se elevara y, ubicado sobre el telón, fuera proyectado por un luminoso sol, un disco en movimiento, entre otros juegos audiovisuales.
La cancha
Así como fue la primera vez de un espectáculo del Cirque du Soleil con escenario, la implementación de la cancha para el público también fue inédita. Bajo esa distribución, hay momentos en los que el show se convierte en un pasacalle donde los asistentes son protagonistas, porque deben acercarse, alejarse o moverse junto a las estructuras movibles, porque toda la explanada dentro del Arena es parte de la producción.
Momentos extraordinarios
Para mantener la sorpresa, solo describiremos uno de ellos: suena “Sobredosis de T.V.” y uno de los actores se enfrenta a una cámara de video que gracias al juego visual lo proyecta en el telón como si estuviese recluido dentro de un televisor. La misma filmadora gira en 90 o 180 grados y el artista debe luchar contra la gravedad para que, al final, sea dominado por la locura y se multiplique en el cautiverio del aparato.
Los clásicos
Además de la espectacularidad, “Séptimo día” también tiene mucha emoción. Y no solo en momentos de melancolía como “Té para tres”, porque los fanáticos del trío argentino alzaron la voz en distintos momentos para acompañar a los artistas y acróbatas cantando “Primavera 0”, “Signos”, “En la ciudad de la furia” o “De música ligera”.
Gustavo Cerati omnipresente
No son solo sus canciones las que llenan cada espacio del Movistar Arena. Gustavo Adrián Cerati aparece en el show como una especie de dios. Sus fotografías de niño, junto a las de sus compañeros de banda, inauguran el espectáculo; su rostro se proyecta en el rostro del protagonista y, por si fuera poco, su voz resuena de cuando en cuando en el centro del domo mayor del Parque O’Higgins, como el ser supremo que creó e inspiró a la vez “Séptimo día”. Sin él, nada de eso hubiese sido posible.