El grunge se queda sin rostros
A punta de nihilismo, descontento y guitarras punzantes, el grunge construyó un castillo al que sus propios reyes le han destruido sus pilares. Este miércoles, después de brindar un show junto a Soundgarden, Chris Cornell falleció a los 52 años por causas que aún se investigan. La Policía de Detroit —ciudad donde el músico se presentó por última vez— maneja la tesis de un eventual suicidio y, de una u otra forma, los fanáticos de aquel género que explotó a comienzos de los años 90 no han podido dormir tranquilos por culpa de la fragilidad de sus ídolos.
El 5 de abril de 1994 está marcado con sangre. A los 27 años y de un disparo en la cabeza, el ex líder de Nirvana, Kurt Cobain, se suicidó en su casa en Seattle, luego de una vida ligada a la rabia y el dolor que se tradujo en depresión y una adicción a la heroína. Incluso, un mes antes de atentar contra su vida, el hombre de "Lithium" estuvo al borde de la muerte por una sobredosis de somníferos.
El músico, referente máximo del grunge, fue comparado como "lo más cercano a John Lennon que tuvo su generación", según el periodista de Rolling Stone, David Fricke, y su deceso fue el comienzo de un mito, amparado por la idea de todo lo que no alcanzó a ser.
"Soy una persona demasiado errática y temperamental, y ya no siento la pasión", fue una de las líneas que dejó escrita en una carta antes de matarse, y que su esposa Courtney Love leyó a los fanáticos en una vigilia en honor al guitarrista y compositor.
Poco después de cumplirse 8 años de la muerte de Cobain, el mundo de la música despertó con la noticia del fallecimiento de otra columna dentro del género.
Layne Staley, vocalista de Alice In Chains, fue encontrado muerto en su departamento de Seattle con "evidentes signos de uso de drogas", según expresaba la Policía en sus primeras pericias. El artista tenía 34 años.
Durante la década pasada, el frontman había reconocido su adicción a la heroína, que fue uno de los tópicos que más retrató en sus canciones.
El músico se inició en la batería, impulsado por la colección de discos de Black Sabbath que atesoraban sus padres. Y en Alice In Chains destacó por sus composiciones sombrías y sus influencias en el heavy metal. Y así como Cornell, parte de sus esfuerzos musicales estuvieron dirigidos hacia la figura de Andrew Wood, vocalista de Mother Love Bone, que también falleció a causa de una sobredosis de heroína en 1990.
El último en sucumbir ante las drogas fue Scott Weiland. La icónica voz de Stone Temple Pilots y Velvet Revolver —agrupación que lo reunió con Slash y Duff McKagan de Guns N' Roses— fue encontrado muerto a los 48 años en el bus que lo trasladaba junto a su banda The Wildabouts en su gira de 2015.
Durante esa misma jornada, la Policía encontró cocaína en el vehículo y la autopsia confirmó su deceso por una sobredosis accidental.
"Querido Scott, comencemos por decirte gracias por compartir tu vida con nosotros. Juntos concretamos un legado musical que ha dado alegrías a mucha gente y grandes recuerdos. Esas memorias son muchas y muy profundas para nosotros. Sabemos que en las buenas y en las malas, luchaste una y otra vez", fue la sentida carta que le escribieron sus compañeros de banda.