Más allá de un amplio currículum en el mundo del cine, con cintas como Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago, Omar Sharif, quien murió a la edad de 83 años, tuvo otras historias en su vida dignas de recordar.
Jugador empedernido
Era tanto su fanatismo por las apuestas y, en especial, por el bridge, que en 1973, en plena inauguración de una casa soñada que se había comprado en Lanzarote (Islas Canarias), llegó a apostar su nuevo hogar... y lo perdió.
Rostro de estelares y de pulseras
En 1990 participó en el filme El Ladrón del Arcoiris, dirigida por el chileno Alejandro Jodorowsky, mientras que a fines de los años noventa viajó a Chile para ser parte de estelares de Canal 13 como Viva el Lunes y Noche de Ronda. Además, en 1997 aprovechó de posar como rostro de la pulsera Óptima, un accesorio magnético popular en esa década por sus supuestos poderes terapéuticos.
En la cárcel
Se decía que tenía un carácter complicado y hasta de divo. Es así como en agosto de 2003 pasó un mes en prisión y obligado a pagar una abultada multa en dinero por haber agredido a un policía en un casino francés.
Nieto gay
En marzo de 2012, su nieto Omar Sharif Junior, tras haberse ido a vivir a Estados Unidos, confesó que era homosexual y "medio judío".
Los últimos días
El último tiempo el actor lo pasó en un hotel de El Gouna, un complejo turístico construido a orillas del Mar Rojo, a unos 430 kilómetros de El Cairo, adonde los egipcios suelen escapar del ruido de la capital. Allí vivía sus días muy tranquilo, con una rutina de descanso que consistía en pasar largas horas en la terraza, bajar al bar a escuchar música y conversar con los camareros. Cada tanto realizaba paseos con su hijo Tarek por el centro de El Cairo e iba a comer a los restaurantes que tiene éste en esa ciudad.