Belle & Sebastian: “Puedes reclamar por los servicios de streaming o usarlos para tu beneficio”
Con los pergaminos que hasta 2010 presentaba Belle & Sebastian —ocho álbumes de estudio y varios de ellos, como “Dear catastrophe waitress” (2003) o “If you’re feeling sinister” (1996), clásicos del género indie-pop—, su ausencia en los escenarios chilenos podía considerarse insigne, a lo menos. Por eso, cuando se enfrentaron por primera vez ante el público nacional en noviembre de aquel año, los escoceses sintieron el golpe.
El Teatro Caupolicán lleno, el público enamorado y los músicos liderados por Stuart Murdoch atónitos.
“Lo recuerdo como un show fantástico, con una audiencia excelente. Nos la pasamos muy bien”, cuenta a T13 el baterista del combo, Richard Colburn (44). “Fueron realmente un gran público, nunca antes habíamos ido a Chile y estaban muy entusiasmados”, agrega.
Solo buenas sensaciones.
Quizás, lo único que le faltó en aquella oportunidad fue observar algo del circuito musical local: “Estuvimos por tan poco tiempo, por uno o dos días, y desafortunadamente no tuve una buena oportunidad de chequear lo que estaba ocurriendo”.
Pasaron casi cinco años desde su debut en nuestro país, y el próximo 22 de octubre regresan para presentarse en el Centro de Eventos Chimkowe, como parte de la promoción de su último trabajo discográfico “Girl in the peacetime want to dance” (2015).
“Girl in the peacetime want to dance”
El calendario marca cinco años desde el show en el Teatro Caupolicán, pero su proceso creativo un viaje en el tiempo que los lleva a tomar elementos del synth y electropop de los 70 y 80. Las guitarras cambian roles con los sintetizadores: las primeras retroceden, los segundos se vuelven protagonistas.
“Girl in the peacetime want to dance”, su noveno trabajo de estudio, le agregó esos elementos electrónicos que hasta ahora no habían concretado y que han sido bien recibidos por los fanáticos.
“(La recepción) Ha sido realmente buena, fantástica. Obviamente, algunas canciones han sido muy distintas a lo que habíamos hecho antes. Tiene cosas realmente nuevas. Generalmente, conversándolo, el giro ha sido muy muy positivo. Hasta ahora ha estado bien”, cuenta Colburn.
—Con el sencillo “The party line” apreciamos una transformación del sonido hacia lo electrónico, ¿podría hablarnos de esa evolución?
“Hay algunas canciones y grabaciones que han tenido un estilo electrónico pero nunca lo hicimos muy bien ni en una forma tan obvia. Ben H. Allen —productor del álbum— viene de hacer discos electrónicos y con él las composiciones fluyen de manera normal”.
“Girl in the peacetime want to dance” es un álbum que cuando lo escucha le dan ganas de bailar.
Casi dos décadas del debut
Antes que Belle & Sebastian se formara, su líder, Stuart Murdoch, ya había compuesto casi la totalidad de las canciones que estarían incluidas en “Tigermilk” (1996), el primer álbum de la agrupación. Uno de los motivos por los que el proceso de grabación fue tan fluido.
“Estuvo listo muy rápido, lo grabamos en cinco días, para serte honesto. Acababa de empezar a tocar la batería, así que estaba muy entusiasmado con lo que estaba haciendo, pero fue cosa de suerte. Cuando entras al estudio por ese cortísimo periodo de tiempo, no sabes qué es lo que va a pasar. Fuimos muy afortunados y por mucho que logramos hacer una grabación decente, éramos muy jóvenes y amateurs que no sabíamos que estábamos haciendo. Fue muy emocionante”.
Fuimos muy afortunados y por mucho que logramos hacer una grabación decente, éramos muy jóvenes y amateurs que no sabíamos que estábamos haciendo. Fue muy emocionante
“Tigermilk”, en un comienzo, solo llegó a las disqueras con un tiraje de mil copias. Pero dado el éxito y notoriedad que le dieron al grupo sus trabajos siguientes —“If you’re feeling sinister” (1996) y “The boy with the arab strap” (1998)— fue reeditado tres años después.
Con el tiempo a favor, cultivando sus canciones, varias serían revisitadas por el cine y la televisión: “I don’t love anyone” fue parte de “El diablo viste a la moda” (2006), “Hard being easy” sonó en la serie de HBO “Girls” y el filme “Juno” (2007) hizo lo propio con “Expectations” y “My wandering days are over”.
Otro de sus discos que estará de aniversario en 2016 es “The life pursuit” (2006). Con él, por primera vez luego de una década, entraban en un estudio de grabación del otro lado del Atlántico. “Grabamos en Estados Unidos. Fue algo grande. Recuerdo que disfruté mucho estar en LA y grabar en el mismo estudio que los Beach Boys, entre muchos otros artistas realmente icónicos. Fue muy inspirador hacer esa grabación sólo por el lugar donde estábamos. Fueron experiencias muy distintas entre los dos álbumes”, comenta Colburn.
—¿Están pensando en celebrar ambos álbumes?
“Posiblemente el próximo año armaremos algunos shows en que tocaremos los álbumes completos. Cuando firmamos nuevamente con (el sello) Matador el año pasado, lanzamos la mayoría de los vinilos en 180 gramos. Lo hicimos porque fue una gran marca haber llegado a los 20 años con 'Tigermilk'".
Desde que entraron al estudio con “The life pursuit” y salieron de grabar “Girl in the peacetime want to dance”, entre 2006 y 2015, la industria musical ha vivido cambios significativos. Con 28 millones de usuarios que pagan por servicios de streaming como Spotify, según cifras de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI) actualizadas a 2014, estas plataformas se han convertido en uno de los paradigmas de la música actual.
El Reino Unido cumplió una temporada incluyendo número total de reproducciones en sus rankings de popularidad, y un artista reconocido como Jay-Z se adentró en el negocio lanzando Tidal —aunque su posicionamiento se ha tornado más lento de lo esperado—. Apple Music fue el último en entrar en escena.
—¿Cuál es su opinión sobre los servicios de streaming como Spotify? ¿Es realmente una ayuda para vosotros?
“Soy un fan de Spotify y lo uso un montón. Nosotros estamos en Beggars Group, que es la compañía que ve los sellos Rouch Trade, Matador o XL, que son sellos de música indie. Tenemos un acuerdo bastante bueno con ellos que otros sellos discográficos no lo tienen. No puedes quedarte atrás de la tecnología; si lo haces, luego no tienen ideas qué hacer. Puedes reclamar por ello o puedes unirte y usarlo para tu beneficio, porque eso es lo que pasa en la industria musical, sigue moviéndose hacia adelante y debes continuar pese a los cambios”.
No puedes quedarte atrás de la tecnología; si lo haces, luego no tienen ideas qué hacer. Puedes reclamar por ello o puedes unirte y usarlo para tu beneficio
—¿Cuál es el secreto para que Belle & Sebastian se mantenga unido después de tantos años?
“Es una gran pregunta, pero no estoy seguro. Creo que sólo es el respeto que nos tenemos. Tenemos mucha tolerancia y discutimos lo que hacemos. Si decidimos hacer algo y hay una persona que no quiere hacerlo, o se siente incómoda, lo terminamos ahí mismo. Siempre nos escuchamos. Todos somos amigos, es como una familia. Principalmente lo pasamos bien y disfrutamos lo que hacemos. Eso ayuda mucho”.
—¿Puede adelantarnos algo del show que presentará en Chile?
“Este año hemos estado haciendo las cosas un poco diferentes, obviamente. Hemos estado tocando algunas de las canciones más bailables. También incluimos una pantalla atrás del escenario que, de hecho, muestra imágenes específicas para cada canción en particular. Estamos usando mucho eso. Tocaremos algunas de las nuevas canciones, pero además trataremos de tocar algunas canciones que no hayamos interpretado la última vez”.