Posiblemente, Adele jamás previó la noche que se le avecinaba en el Grammy 2017. Porque durante el espacio que duró la ceremonia de premios (o, más bien, la transmisión televisiva), la diva del pop británico vivió todas las emociones posibles. La emoción, el éxito, la pena, la frustración, fueron parte del desarrollo de una obra que la coronó como la gran ganadora de la jornada.
La mujer de "Someone like you" partió con una impecable interpretación de "Hello" en la obertura del espectáculo, dejando atrás la mala pasada que tuvo con el audio durante la pasada edición del show.
Sin embargo, con el correr de la jornada, los fantasmas volvieron a aparecer en su cabeza y frente a todos los invitados y telespectadores. Porque Adele fue la encargada de encabezar el homenaje que la Academia tenía dispuesta para el fallecido George Michael.
Allí, la británica cantaría "Fast love", una de las canciones del álbum "Older" (1996) del artista, y tras un inicio algo desafinado, pidió detener la presentación porque había cometido una "equivocación".
La cantante estaba visiblemente incómoda y descolocada. Por eso, el público le dio un caluroso aplauso en señal de apoyo. Finalmente, se reincorporó y dedicó una emocionante versión del mismo single, terminando con lágrimas debido a toda la situación por la que estaba pasando.
De todas formas, ese error quedaría en segundo plano luego de que la Academia le otorgara los tres premios más importantes de la noche: Canción del Año y Grabación del año por "Hello", además de Álbum del Año por "25" (2015).
Al recibir el último gramófono —tal y como lo hizo en los dos discursos anteriores—, Adele le dedicó unas lindas palabras a Beyoncé, la que al comienzo de la jornada era la favorita para llevarse cada uno de esos premios.
"La inspiración de mi vida es Beyoncé y este álbum ("Lemonade"). Vemos una faceta tuya que no siempre vemos y te lo agradecemos. Nos encantas y nos encanta cómo nos haces sentir a todos. Te adoro y siempre te querremos", dijo la voz de "Rolling in the deep".
Con esto, Adele deja un gran legado y una vara difícil de igualar: es la primera artista en la historia en llevarse dos veces los tres premios más importantes del Grammy (en dos ediciones distintas de la entrega de galardones).
Asimismo, la artista se consolida como el último bastión de la industria musical, porque batió récords de ventas que se mantenían inalterables hace 25 años —superando incluso a "The Eminem Show" de Eminem en 2002 y el mencionado álbum de Swift, los dos más adquiridos de la era digital— y por su cercanía con el formato físico.
Beyoncé, Chance y los tibios guiños contra Trump
Independiente de que perdiera los tres premios más importantes de la noche, la reina del pop estadounidense se anotó uno de los shows más espectaculares de la jornada. Con una puesta en escena mágica y religiosa, Beyoncé interpretó "Love drought" y "Sandcastles", donde la figura central fue su embarazo.
Otro de los rostros que quedará inmortalizado en esta ceremonia fue el rapero Chance The Rapper. El músico de Illinois, protegido de Kanye West y la propia Beyoncé, consiguió los gramófonos a Mejor Artista Nuevo y Mejor Álbum de Rap, alzándose como uno de los prodigios del género.
Y lo que se esperaba que fuese una premiación altamente incendiaria, debido al descontento por las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solo tuvo algunos tibios actos de resistencia.
Al comienzo de la ceremonia, Jennifer Lopez diría algunas palabras en favor de la unidad, al igual que lo hecho por Beyoncé al llamar a no cometer "los errores del pasado".
Quizás lo más significativo fueron los puños en alto de A Tribe Called Quest, Busta Rhymes y Anderson .Paak, llamando a Trump como "el presidente Agente Naranja". "Quiero agradecerle por su infructuoso intento de prohibir la entrada a los musulmanes", dijo Busta en señal de reprobación.
Si quieres conocer más detalles de la jornada, te invitamos a visitar el Minuto a Minuto, donde encontraras el listado con los distintos ganadores y las mejores fotografías del Grammy 2017.
