Empieza en España juicio por abuso sexual en "Gran Hermano": piden dos años y medio de cárcel
El juicio a un participante de la edición española del programa de telerrealidad "Gran Hermano" por presuntamente abusar sexualmente de una compañera en plena grabación, en 2017, comenzó este jueves en Madrid.
José María López se sentó en el banquillo de los acusados para responder de un delito de abuso sexual a Carlota Prado, y afronta una petición de la fiscalía de dos años de cárcel y 6.000 euros (5.850 dólares) de indemnización, el mismo dinero que se le demanda a la productora del programa.
El juicio tenía previsto iniciarse en febrero, pero fue suspendido por problemas mentales de la víctima que le impedían declarar. Tras la suspensión, y según el diario ABC, Prado renunció a la acusación a su presunto agresor.
Los hechos ocurrieron cuando se grababa "Gran Hermano", emitido por Telecinco, en la casa donde son recluidos los concursantes por semanas para capturar con cámaras y micrófonos todos sus movimientos, mientras la audiencia decide a qué participantes ir eliminando.
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Una joven acusó a un compañero, con quien "había comenzado una relación sentimental unos 50 días antes" según la fiscalía, de haber abusado sexualmente de ella, cuando se encontraba en avanzado estado de embriaguez, en una de las habitaciones bajo la mirada de las cámaras.
Según la fiscalía, el hombre aprovechó que la mujer estaba en "estado de seminconsciencia" y, tapados ambos bajo un edredón, realizó "tocamientos, frotamientos y movimientos de contenido netamente sexual, despojando a la víctima de su vestimenta".
La joven "hasta en dos ocasiones levantó la mano como queriendo decirle que parara" y llegó a balbucear "no puedo", escribió la fiscalía en un comunicado.
Pasados unos diez minutos, cuando la joven se destapó la cara y dejó ver "su estado inerte", fue cuando intervino uno de los técnicos "encargado del visionado de la grabación".
Las imágenes nunca fueron emitidas y el asunto no salió a la luz hasta dos años más tarde, cuando la prensa reveló en 2019 que la mujer había tenido que ver las grabaciones a la mañana siguiente en una sala aislada denominada "confesionario" de Gran Hermano.
Un video de este interrogatorio, que fue difundido por un medio en internet, mostraba a la joven llorando e implorando que cesaran las imágenes.
"Jamás me preguntaron si yo quería ver eso (...) si me llegan a preguntar, hubiera dicho que no", dijo posteriormente a un medio español.