El pronombre neutro con que Suecia quiere fomentar la igualdad de género
La Academia Sueca incorporará en su nueva edición del diccionario oficial de la lengua, que se publicará este 15 de abril, 13.000 neologismos, incluyendo una palabra que podría adoptarse rápidamente en la conversación diaria: un pronombre neutro.
Ahora además de contar con "él" (han) y "ella" (hon), también podrán usar hen, que no tiene género.
Este pronombre se usa en referencia a una persona sin la necesidad de revelar su género, tal vez porque se desconoce, porque se trata de alguien transexual o porque el interlocutor considera que esa información es superflua.
La palabra hen fue acuñada en los años 60, impulsada por un movimiento feminista que consideraba el uso generalizado de han (él) políticamente incorrecto.
Otros promotores del pronombre neutro buscaban simplificar el lenguaje y evitar la construcción "han/hon" (él/ella), presente en muchos textos oficiales.
La palabra no logró arraigarse en el vernáculo.
Absoluta igualdad
No obstante, en 2000 volvió a surgir cuando la pequeña comunidad transexual se apropió del término y, en años recientes, ha logrado establecerse.
Hoy en día se puede encontrar en documentos oficiales, transcripciones de los fallos de los tribunales, textos mediáticos y otros libros.
Inclusive, la palabra ha estado perdiendo un poco de su asociación con el activismo feminista.
La idea es no solo hacer de Suecia un país donde hay igualdad de género sino donde no hay distinción alguna entre los sexos.
El nuevo pronombre le permite a la sociedad sensibilizarse con las personas que no se identifican como hombre o mujer y aceptar, incluso, el matrimonio entre cualquier tipo de parejas.
Algunos estiman que el camino queda allanado para crear una sociedad que borra completamente los roles establecidos y los estereotipos hasta en los niveles más mundanos.
"Para aquellos que usan el pronombre, obviamente será un fuerte respaldo que ahora se encuentre en el diccionario", dijo a la agencia AFP Sture Berg, uno de los editores del diccionario.
Neutro vs. carencia de género
Varios idiomas tienen alguna forma del artículo o pronombre neutro o hacen malabares para evitar definir el género.
El alemán, por ejemplo, tiene sustantivos que no son ni masculinos (con su artículo definido der) ni femeninos (die) sino neutros (das).
Está el curioso caso de das Maedchen (la señorita) que, aunque no es sexualmente neutra, gramaticalmente sí lo es y la declinación de los adjetivos en una oración que incluya un sustantivo neutro debe corresponder a esas características.
Esas reglas no tienen nada que ver con la igualdad de género, como tampoco lo es el pronombre neutro ta en mandarín.
Hay estilos y usos que han tratado de resolver el problema de la neutralidad, o falta de ella, en su idioma.
En inglés, particularmente el de Estados Unidos, se intenta ser igualitario con el uso del she (ella) y he (él). Por lo general en el habla se incluyen ambos pronombres y en los escritos se representa con la contracción s/he.
Algunos consideran ese uso un poco torpe y recurren al plural neutro they, para no verse obligados a definir un género. Esa concesión, sin embargo, ha generado todo un debate sobre su corrección gramatical.
En español, hay un pronombre neutro: "lo" pero no se usa con sustantivos.
Esto es lo que dice Fundéu al respecto: "En español los sustantivos se clasifican en masculinos y femeninos; no tienen género neutro como sucede en otros idiomas".
"En nuestra lengua pueden ser neutros los demostrativos (esto, eso, aquello), los cuantificadores (tanto, cuanto, mucho, poco), los pronombres indefinidos (nada, algo), los artículos (lo) y los pronombres personales (ello, lo)".
Igualmente, el Diccionario panhispánico de dudas explica que "lo" suele considerarse como artículo neutro, por su capacidad de sustantivar adjetivos y determinadas oraciones de relativo: lo malo, lo que está mal, etc.
Sin embargo, neutro no significa carencia de género, que es lo que eventualmente se está buscando con la inclusión de hen en el idioma sueco.
¿"Le" en español?
Eso no excluye que en varios países de habla hispana no se haga un esfuerzo por eliminar la distinción de género, sobre todo cuando se trata del uso colectivo de un sustantivo en plural masculino para referirse a un grupo de personas.
Por ejemplo, si maestros y maestras van a huelga se puede uno referir a que "los maestros están en paro". Eso es gramaticalmente correcto pero, cada día, menos políticamente correcto.
Es por eso que tantos discursos presidenciales de la actualidad empiezan con: "Mexicanos y mexicanas... colombianos y colombianas... bolivianos y bolivianas, etc".
Se ha vuelto común también recibir textos, sobre todo electrónicos, con los artículos, sustantivos y adjetivos terminados en @ para enfatizar su neutralidad. Como "l@s muchach@s satisfech@s".
A pesar de estas corrientes, hay personas que quieren ir más allá, en imitación de lo que se ha logrado en Suecia.
Sophia Gubbs es una blogera británica y tiene una propuesta interesante para hacer del español "una lengua feminista, igualitaria e inclusiva".
Como generalmente las palabras terminadas en "o" son masculinas y en "a" son femeninas, Gubbs sugiere la terminación en "e".
Su argumento es que la "e" es un sonido natural en español y que muchas palabras neutras terminan en "e", como presidente, estudiante, gerente, excelente.
De manera que chico o chica quedaría en "chique", venezolana o venezolano en "venezolane" y el pronombre sería "le".
Habría que ver cuál sería el veredicto entre hispanoparlantes pues "al fin de cuentes, le gente es le que tiene le últime palabre".