Hace unos 15.000 años en la Cueva de Gough, cerca de Bristol en el Reino Unido, un grupo de personas se comió partes de otras.
Descarnaron y desarticularon los huesos, que masticaron y aplastaron, quizás para extraer la médula de su interior.
No sólo se han hallado signos de adultos que fueron comidos. Hay evidencia de un niño de tres años de edad y dos adolescentes, los tres con marcas características de haber sido mordisqueados.
Algunas de sus calaveras incluso fueron transformadas en las llamadas "copa de cráneo", que pueden haber sido utilizadas para beber.
¿Qué estaba pasando en la Cueva de Gough? ¿Fue este un ejemplo de violencia humana entre rivales, un extraño tipo de conducta ritual, o simplemente un intento desesperado por sobrevivir?
Neandertales, y antes
La cueva fue excavada por primera vez a finales de 1880.
Sin embargo, entonces estaba destinada a los turistas, de modo que no hubo un cuidadoso análisis arqueológico. Cualquier fósil encontrado bien pudo haberse perdido.
Otra ronda de excavaciones en la década de 1980 reveló numerosos restos humanos y animales con claros signos de carnicería.
Después de un extenso análisis en las siguientes décadas, los investigadores llegaron a la conclusión de que los huesos humanos de esta cueva fueron comidos por seres humanos.
La evidencia de canibalismo se remonta a por lo menos los neandertales, y posiblemente antes.
La primera evidencia de que los neandertales posiblemente masticaban sus amigos (o enemigos) se halló en Francia y data de hace unos 100.000 años.
Hay otros casos: un grupo neandertal, que vivía en una cueva en el norte de España hace 49.000 años, parece haber sido caníbal.
Los huesos de una cueva en Bélgica también muestran signos de que otro grupo se comió entre sí, de acuerdo con un estudio publicado en julio de 2016.
Incómodo y difícil
El canibalismo es un tema incómodo entre los antropólogos, en parte porque sirve como un recordatorio del lado oscuro, horrible de la naturaleza humana. Pero también es difícil de identificar de forma inequívoca.
En particular, es difícil determinar si las marcas de cortes provienen de canibalismo o de la separación de la carne de los huesos después de la muerte, que en ocasiones se hace con fines rituales.
Las marcas de corte en los huesos de los animales suelen ser un signo claro de carnicería. Pero cuando otras similares se encuentran en los restos humanos las conclusiones "no son bien aceptadas", dice Silvia Bello, del Museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido.
Los restos de la Cueva de Gough, que Bello ha estado analizando desde hace varios años, están cubiertos con un gran número de marcas.
Más del 65% de los huesos muestran marcas de herramientas de piedra. Además, muchos de los huesos fueron fracturados, presumiblemente para extraer la médula ósea.
Bello incluso ha encontrado marcas de dientes humanos. Las huellas que dejan los dientes al morder en los huesos se pueden identificar fácilmente.
"Algunas de las modificaciones, en particular para los dedos, (muestran) que probablemente eran de mascarlos para succionar la grasa"
Silvia Bello, Museo de Historia Natural de Londres
"Algunas de las modificaciones, en particular para los dedos, [muestran] que probablemente eran de mascarlos para succionar la grasa", dice Bello.
"La presencia de marcas de dientes humanos en los huesos humanos es probablemente la mejor evidencia de canibalismo".
Cortes vs. descarnado
En un estudio publicado en agosto de 2016, ella y sus colegas expusieron laboriosamente las diferencias entre el canibalismo y el acto de descarnar. Este último es un proceso en el que se retira la carne de una persona después que ha muerto, pero usualmente no es con el fin de comerla.
El descarnado se hace a menudo con el propósito de "entierros secundarios": los hombres prehistóricos habitualmente llevaban a sus muertos consigo cuando se mudaban a otras áreas, y para eso se les quitaba primero la carne.
El equipo dice que los restos humanos canibalizados deberían ser ahora más fáciles de reconocer, ya que tienen una característica distintiva.
La diferencia clave es la frecuencia de las marcas de cortes. Cuando animales o seres humanos son canibalizados, hay un montón de marcas fácilmente visibles, pero si han sido descarnados hay marcas más pequeñas, solo en el 1% de los huesos, sin marcas de dientes.
Sin embargo, esto todavía no responde a la pregunta de por qué estos antiguos seres humanos eligieron masticar la carne humana.
No hay manera de obtener una respuesta definitiva.
No obstante, Bello dice que las personas que vivían en la Cueva de Gough no muestran signos de haber tenido una muerte violenta. "Ellos se comían el cadáver, pero no mataban a las personas para hacerlo", dice.
Para qué eran las copas
Puede ser que el ambiente en el que vivían los llevó a un comportamiento extremo.
Un invierno particularmente frío puede haber agotado sus recursos alimenticios, obligándolos a comerse, con el fin de sobrevivir, a algunas de las personas muertas.
Sin embargo, eso no explica las copas de cráneos encontradas en la Cueva de Gough.
Bello cree que los habitantes de la Cueva de Gough hicieron las copas de cráneos como parte de un ritual o una práctica de enterramiento.
Es muy posible que bebieran en ellas. Si ese es el caso, comer carne de otros puede haber sido una práctica cultural en lugar de una acción exclusivamente de supervivencia.
La edad de los individuos proporciona otra pista.
Si las personas hubieran muerto como consecuencia de un conflicto, habría más probablemente solo adultos víctimas de canibalismo, pero que no era el caso. "No es (un) grupo guerrero", dice Bello. "Creo que sólo murieron de forma natural".
El canibalismo es generalmente resultado de la violencia y los vencedores toman el "paso adicional de insultar a los muertos", dice Rick Schulting, de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
Schulting argumenta que los casos de canibalismo son relativamente raros, a pesar de la alta frecuencia de la violencia en nuestro pasado.
"No creo que (el canibalismo) nos hace más salvajes. Somos perfectamente capaces de actos salvajes hoy, impliquen o no comerse a alguien".
Rick Shculting, investigador de Oxford
"Nos encontramos con un montón de pruebas de personas que murieron en los conflictos de la prehistoria en los que no se los comía, descuartizaba o desmembraba", dice. "Así que esto implica algo más extremo".
Incluso es posible que los individuos de la Cueva de Gough fueran asesinados después de todo, dice Schulting. No hay evidencia visible de violencia, pero existen muchas formas de matar que no dejan una marca en el esqueleto.
Tal vez la lección de todo esto es que no hay una única forma de explicación total para el canibalismo.
"No creo que (el canibalismo) nos hace más salvajes", opina Schulting. "Somos perfectamente capaces de actos salvajes hoy, impliquen o no comerse a alguien".