¿Cómo llegó? ¿Estuvo en Atenas? ¿Fue inscrito? ¿Compitió? Son muchas las preguntas que rodean la supuesta participación del chileno Luis Subercaseaux Errázuriz en los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896.
Un misterio que sigue sin ser resuelto cuando se cumplen 120 años de la inauguración de los que fueron los primeros juegos de la era moderna, cuya apertura se celebró el 6 de abril de 1896.
El problema es que los historiadores más reconocidos del mundo no logran ponerse de acuerdo.
La importancia de descifrar el "enigma Subercaseaux" es que de esa forma se podría confirmar quién fue el primer latinoamericano en participar en los juegos olímpicos.
No lo fue
Según el historiador Bill Mallon, autor del libro "The 1896 Olympic Games" (Los Juegos Olímpicos de 1896), hubo tres naciones con atletas registrados en eventos olímpicos que nunca compitieron. "Se trata de Bégica, Chile y Rusia", aseguró.
Esa teoría es aceptada por la Sociedad Internacional de Historiadores Olímpicos (ISOH), pero uno de sus miembros discrepa.
Se trata del español Fernando Arrechea.
Para Arrechea no hay dudas de que Luis Subercaseaux estuvo registrado en Atenas y está convencido que participó en por lo menos una prueba.
"Son muy escasos los registros de la época y es por eso que no hay evidencia de que llegó a estar físicamente en Atenas", le explicó a BBC Mundo Arrechea.
"Por eso tampoco hay una lista completa de participantes. Están los finalistas, los medallistas y luego se han hecho reconstrucciones".
Arrechea hace referencia y destaca el trabajo de Bill Mallon, quien incluye a Subercaseaux como inscrito, pero como no participante tras hacer "un vaciado de hemerotecas en Grecia, Francia y en todos los lugares donde se publicó algo al respecto".
Para Mallon no se puede considerar como atleta olímpico a una persona que no llegó a debutar, algo que el historiador estadounidense no puede afirmar ni negar al 100%.
Sí lo fue
Para Arrechea hay dos elementos que respaldan la hipótesis que el deportista chileno estuvo y participó en la capital griega.
El primero fue la aparición de su nombre en un documento oficial del Comité Olímpico de Francia (CNOSF, por sus siglas en francés).
"Hay una carta de la época del secretario del CNOSF, Raoul Fabens, en la que anuncia los deportistas franceses que van a viajar a Atenas y entre ellos hay un inscrito en atletismo y ciclismo que se llama Luis Subercaseaux, escrito en francés".
"Fue presentado como un miembro más de la delegación francesa, pero obviamente estaban hablando del chileno", dijo el historiador español.
Libros recientes de la historia de la participación francesa en los Juegos Olímpicos se hacen eco de esa carta.
El segundo elemento fue su propio testimonio, que dio a conocer poco antes de fallecer.
"Para mí es suficiente. Era un diplomático muy prestigioso, fue embajador de Chile en España, en el Vaticano y ya era muy mayor cuando contó su versión. ¿Por qué se iba a inventar semejante historia?", se preguntó Arrechea.
La historia
Sobre cómo llegó Luis Subercaseaux a Atenas y a participar en los Juegos hay muchas versiones, algunas que el mismo Arrechea considera insostenibles.
"La leyenda urbana de que llegó a Grecia haciendo turismo por Europa, que allí se enteró junto a su hermano de que habían unos Juegos Olímpicos y que de repente se decidió a participar no es creíble".
Pese a que así fue el relato contado por el nieto de Luis Subercaseaux, publicado en el diario chileno La Tercera hace unos años, Arrechea aclara que hay que recordar que "los recuerdos familiares se distorsionan y caen en el romanticismo".
"Si viajó a Atenas fue junto a la delegación francesa", asegura.
El historiador español reconoce que ha sido difícil reconstruir la historia debido a la falta de registros y al largo tiempo que el caso no se conoció.
"Lo que parece es que él le contó a su padre que había viajado a los Juegos Olímpicos un poco como espectador, dentro de la delegación francesa, pero cuando regresó le confesó que que había competido y había dicho que era chileno".
"El padre, como era diplomático, se enfadó porque eso lo habían tenido que haber comunicado previamente al gobierno chileno, que tendría que haber sido algo más oficial, que tendría que haber llevado una bandera y le hizo prometer que no lo contaría, y como la noticia no había llegado a Chile se ahorraban problemas".
"Y nunca lo explicó hasta justo antes de morir".
Fue así que permaneció oculta durante casi 80 años la historia del que fue supuestamente el único latinoamericano en participar en Atenas 1896.
Lo que sí registra la historia, en cambio, es al primer medallista de la región, el cubano Ramón Fost, quien ganó una presea de oro y una de plata en esgrima en 1900.