La comunidad científica pide tomar medidas ante la posibilidad de que el hundimiento de un volcán provoque otra ola desastrosa como la de hace 73.000 años. En ese entonces, la emergencia se produjo el desplome de la ladera del volcán Fogo, en el archipiélago de Cabo Verde, según detalla Daily Star.
El evento al que se hace referencia, barrió el planeta con una ola ocho veces más grande que aquella que golpeó las costas del sudeste asiático en 2004 y acabó con la vida de 230.000 personas, explica ABC.
Se teme que un suceso similar podría ocurrir de nuevo. Por eso los científicos han advertido a la población sobre el potencial de riesgo de los volvanes, y que en cualquier momento un gigantesco tsunami puede volver a amenazar a la humanidad.
"Nuestro punto es que los colapsos de las laderas pueden ocurrir muy rápido y de manera catastrófica y por lo tanto, son capaces de desencadenar tsunamis gigantes", dijo el experto Ricardo Ramalho.
"Probablemente no suceden muy a menudo, pero tenemos que tener esto en cuenta cuando pensamos en el peligro potencial de los volcanes", agregó Ramalho.
El especialista además recalca que "el potencial de riesgo de colapsos de laderas volcánicas no debe ser subestimado, y por lo tanto, nuestra sociedad tiene que estar preparada para resistir a una amenaza como esta"
Eso sí, las posibilidades de que nos toque vivir un evento como este a la actual generación de seres humanos son remotas, ya que sólo ocurren aproximadamente cada 100.000 años.
No existe claridad respecto a qué volcán en específico podría provocar el maremoto, por lo que la advertencia es en general con todos los macizos.
Sin embargo, a modo de ejemplo, las Islas Canarias, son "particularmente vulnerables a experimentar colapsos de laderas y los tsunamis a los que dan lugar", sostiene Ricardo Ramalho, dado que cuentan con volcanes jóvenes, empinados y activos.
