El gusano chileno que ayuda a salvar el vino de California en medio de la sequía
La imagen de unas lombrices de tierra es probablemente lo último en lo quequeremos pensar mientras disfrutamos de una copa de vino.
Sin embargo, la industria de los prestigiosos vinos chilenos le puede estar agradecida a estos animales y, a partir de ahora, también algunas bodegas de California.
¿Qué relación hay entre los gusanos y la elaboración de vino?
Animalitos imprescindibles
"Es dudoso que haya muchos animales que hayan jugado un papel tan importante en la historia del mundo como estas humildes y organizadas criaturas".
Ya en el siglo XIX, el naturalista británico Charles Darwin reconocía así la importancia de los gusanos para la humanidad.
Algo parecido debió pensar el científico chileno de origen catalán José Tohà Castellá, profesor de Biofísica en la Universidad de Chile, quien a principios de la década de 1990 investigó el uso de lombrices de tierra para limpiar aguas residuales.
Tras años de estudios académicos, uno de sus alumnos, Alex Villagra llevó la investigación fuera de las aulas y, tras graduarse, le dio una aplicación comercial.
Villagra fue uno de los fundadores de BioFiltro, una empresa chilena que cuenta con 129 plantas para tratar aguas residuales y está presente en seis países, uno de ellos Estados Unidos.
"En un principio nos dedicamos a tratar las aguas residuales de áreas residenciales", le explica a BBC Mundo Mai Ann Healy, directora regional de BioFiltro en Estados Unidos.
"Más adelante fuimos estudiando otro tipos de industrias y nos acercamos a los sectores de la elaboración de vino, productos lácteos y procesadoras de alimentos".
En el condado de Mendocino en California, la empresa vinícola Fetzer Vineyards es la primera que empezará a usar este innovador sistema en EE.UU.
Ahorro de tiempo y energía
La producción de una sola copa de vino de California puede requerir el uso de hasta 53 litros de agua,
En una región golpeada desde hace 4 años por una severa sequía, cualquier iniciativa que sirva para ahorrar agua es recibida con los brazos abiertos.
En la mayoría de las bodegas, las aguas residuales se filtran en estanques ventilados en los que se bombea aire durante semanas mientras las bacterias descomponen los contaminantes.
Es un método que necesita tiempo y mucha energía.
El uso de gusanos para realizar la tarea sirve para ahorrar las dos cosas: el tiempo se reduce a cuatro horas y el consumo de energía se reduce en un 85%.
"Las lombrices de tierra son las estrellas de nuestras instalaciones", afirma Healy, que también reconoce el valor de las bacterias, a las que dice que no se les suele dar el crédito que merecen.
Un aparato digestivo externo
El método emplea grandes contenedores de cemento con varias capas.
El tamaño de estas estructuras depende de la cantidad de agua que se vaya a tratar.
La cámara está abierta en la base para mantener la corriente del aire.
En una de las capas se colocan piedras de río y en otra, de un metro de grosor, virutas de madera. En la capa de la superficie se colocan los gusanos y bacterias.
Se calcula que caben unos 12.000 gusanos por cada 0,7 metro cúbico.
El contenedor está abierto al aire libre y el agua residual que se quiere tratar simplemente se esparce por encima de los gusanos.
El tipo de gusanos y bacterias que se emplean varía dependiendo de las condiciones locales para tratar un determinado tipo de agua residual.
Las piezas sólidas de mayor tamaño que contienen las aguas residuales quedan bloqueadas por las virutas de madera y son consumidas por los gusanos.
Los sólidos de tamaño microscópico son atacados por las bacterias, tanto las que se encuentran en la madera como las que están en el aparato digestivo de los gusanos.
Los gusanos descomponen los elementos contaminantes y el agua resultante se puede reutilizar para riego.
"Es como un aparato digestivo externo que se come todos los contaminantes", ilustra Healy.
Valor regenerativo
La empresa Fetzer Vineyards, del condado de Mendocino, no puede esperar a aplicar este sistema.
"Este es el mejor sistema para tratar aguas residuales que podemos usar para reducir el impacto sobre el medioambiente", le dice a BBC Mundo Josh Prigge director de desarrollo regenerativo en Fetzer VIneyards.
De cara a la vendimia del otoño boreal, la empresa ha preparado tres contenedores de tratamiento de las aguas, cada uno mide 66 metros de largo, 11m de ancho y 2m de profundidad.
Usarán unos 100 millones de gusanos, la mayoría comunes lombrices rojas de California.
"Es un sistema muy eficiente para transformar las aguas residuales y para reducir la energía que usamos para tratar esas aguas de deshecho.
"Supone un ahorro del 85% de la energía, trata las aguas residuales en unas 4 horas y podemos volver a utilizar esa agua en los viñedos", explica Prigge, quien entró en contacto con BioFiltro hace tres o cuatro años.
"Sabíamos que trabajaban con varias bodegas en Chile y querían introducirse en la industria en EE.UU. Cuando abrieron una oficina en California, nos pusimos en contacto con ellos".
Prigge añade que el método tiene otra ventaja, y es que aporta un producto derivado, el llamado humus de lombriz(los excrementos), que se pueden mezclar con el abono para enriquecer la tierra.
¿Afectará al vino que bebemos?
A más de una persona se le torcerá el gesto al pensar en lombrices y copas de vino.
"Esto no tendrá un impacto en el vino, afecta sólo a lo que hacemos con el agua después del proceso de elaboración del vino", responde Prigge ante esta inquietud.
El ahorro en costos y energía, opina Prigge, "no es sólo lo correcto para el medioambiente sino también supone una gran inversión a largo plazo".
Prigge confía en servir de modelo para otras bodegas y otras empresas.
"Esto demuestra que puedes ser bueno con el medioambiente y hacer negocio a la vez; tener un excelente producto que le va a fascinar a la gente y al mismo tiempo minimizar tu impacto", defiende.
Así que, la próxima vez que tome una copa de vino, piense que las infravaloradas lombrices de tierra quizá colaboraron en hacer que la huella medioambiental sea menor.