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El extraordinario caso de la chimpancé que cuidó de su cría discapacitada

El extraordinario caso de la chimpancé que cuidó de su cría discapacitada
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Por primera vez, un equipo de científicos observó en la naturaleza a una madre chimpancé cuidando a su cría con severas discapacidades. Antes sólo se habían notado dos casos en cautiverio.

Por primera vez, se observó en la naturaleza a una chimpancé cuidando a su cría con discapacidades severas.

La pequeña chimpancé fue descubierta en el Parque nacional de los Montes Mahale, en Tanzania.

Conocida bajo el nombre XT11, vivió por 23 meses.

Era la sexta cría de su madre Christina, de 36 años.

Físicamente, XT11 tenía una apariencia semejante a la de un chimpancé con síntomas similares a los del Síndrome de Down en humanos.

Se cree que XT11 pudo vivir por cerca de dos años gracias a los cuidados de su madre. Sin ellos, lo más probable es que hubiese muerto.

Con la mirada perdida

Según señalan los autores del estudio publicado en la revista Primates, la madre "respondió a los comportamiento anormales, a las habilidades limitadas y a las necesidades" de su cría.

La pequeña chimpancé dependía de la leche de su madre, incluso después del período normal de amamantamiento. Foto: Michio Nakamura, Universidad de Kioto.
La pequeña chimpancé dependía de la leche de su madre, incluso después del período normal de amamantamiento. Foto: Michio Nakamura, Universidad de Kioto.

La chimpancé no comía plantas, lo que la hacía completamente dependiente de la leche de su madre, mucho tiempo después del período normal de amamantamiento.

"Sospechamos que sus limitaciones para comer se debieron a la falta de habilidad motora y creemos que sufrió una carencia de nutrientes en razón de su dieta láctea, al menos en sus últimos tiempos", dicen los autores del estudio.

Además de sus discapacidades físicas, XT11 tenía una hernia abdominal en su estómago, daños en la columna vertebral y un dedo inactivo en su mano izquierda.

Tenía también la mirada vacía, su boca con frecuencia semiabierta y no podía sentarse erguida sin ayuda.

Podía agarrarse del pelo de su madre, pero sus pies no tenían fuerza para asirse, por lo que la mayor parte del tiempo iba colgada.

El rol de la hermana mayor

Cuidar de su hija obligó a Christina a modificar su comportamiento. Dejó de buscar hormigas en los árboles porque necesitaba tener las manos libres para cargar a XT11.

La cría solía tener la mirada perdida y la boca semiabierta. Foto: Takuya Matsumoto, Universidad de Kioto.
La cría solía tener la mirada perdida y la boca semiabierta. Foto: Takuya Matsumoto, Universidad de Kioto.

"La madre de un niño con discapacidades severas probablemente sufre más estrés que otras madres porque debe suministrar cuidados intensivos por más tiempo", señalan los autores de la investigación.

Ocasionalmente, una de las hermanas de XT11 -de 11 años- ayudaba a su madre: jugaba con su hermana, la acicalaba y la cargaba.

"A veces la madre espontáneamente la daba la pequeña a su hija mayor. Esto es muy inusual en una madre", explica Michio Nakamura, coautor del estudio de la Universidad de Kioto, en Japón.

XT11 tenía también una hernía abdominal. Foto: Michio Nakamura, Universidad de Kioto.
XT11 tenía también una hernía abdominal. Foto: Michio Nakamura, Universidad de Kioto.
"Mientras que la hija mayor se ocupaba de la pequeña discapacitada, la madre se trepaba a los árboles para comer frutas", le dijo Nakamura a la BBC.

Pero cuando la hermana mayor tuvo su propia cría, estos cuidados cesaron.

A los otros parientes de XT11 no les estaba permitido cuidarla, algo bastante inusual. Puede que la madre haya pensado que no era seguro, ya que no entendían cabalmente sus necesidades.

La causa de su muerte no está clara, pero se cree que podría estar vinculada a las deficiencias en su dieta.

Historia evolutiva

Si bien ya se han visto primates que nacen con discapacidades, los casos anteriores –dos- tuvieron lugar en cautiverio.

Uno de los individuos en cuestión falleció a los 17 meses y el otro llegó a los 24 pero sólo después de recibir transfusiones de sangre.

El haber observado un comportamiento semejante en nuestros parientes más cercanos, en la naturaleza, indica que este comportamiento tiene una larga historia evolutiva.

Nuestro ancestro común con los chimpancés habría mostrado un comportamiento similar.

"Nuestras observaciones que muestran que la hermana mayor se ocupó del infante discapacitado pueden arrojar luz sobre cómo evolucionó el cuidado no maternal de individuos discapacitados", señaló Nakamura.

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