Ser una princesa tiene sus privilegios, más si es una que está de visita diplomática y ha llegado para inaugurar obras y cenar con un rey.
Pero la princesa tailandesa Maha Chakri Sirindhorn tendrá en estos tres días de visita a Camboya un lujo particular que puede asombrar al resto de los mortales e incluso levantar le ceja de alguno de sus colegas de la realeza: un baño de 40.000 dólares.
El sanitario en cuestión se encuentra en las inmediaciones del lago Yeak Lom, en la provincia de Ratanakiri, donde la princesa -entre otras actividades- la inaugurará un centro de salud y una cena con el rey Norodom Sihamoni.
Según informa el diario Cambodia Daily el baño tiene unos ocho metros cuadrados, su fabricación tomó unas dos semanas y fue realizado por la firma Siam Cement Group (SCG) con materiales exclusivamente tailandeses.
"Ellos gastaron más de US$40.000 en la construcción", dijo Ven Churk, jefe del comité del lago Yeak Lom, citando cifras que le habían suministrado los trabajadores de SCG.
Churk añadió al medio de comunicación camboyano que a su regreso, la princesa se llevará con ella todo el equipamiento, pero dejará para la comunidad la infraestructura creada para levantar el baño, que podría ser utilizada en oficinas.
Pero Tin Luong, jefe de la comunidad, creo que la construcción debió costar entre US$20.000 y US$30.000, y destacó que "los materiales son muy modernos".
"Insulto"
Según información del ministerio de Educación camboyano, aproximadamente el 33% de las escuelas del país no tiene acceso a instalaciones sanitarias.
En zonas rurales como Ratanakiri, según organizaciones no gubernamentales citadas por el diario británico The Guardian, el 80% de los centros educativos no tienen estas facilidades.
"Los miembros de la realeza tailandesa siempre han tratado de crear la impresión de que llevan una vida simple y de que ponen a la gente primero, pero el hecho de que este baño tan caro ha sido construido en Camboya para que la princesa Sirindhorn lo use una vez muestra la desconexión entre la propaganda real y la realidad", dijo al Cambodia Daily el periodista Andrew MacGregor Marshall.
El autor del libro "Un reino en crisis: la lucha de Tailandia por la democracia en el siglo XXI", consideró que la fabricación de este baño "es un insulto para el pueblo de Camboya", debido a que docenas de familias pudieron haber utilizado ese dinero para escapar de la pobreza.
