Disclosure pone la fiesta en un Movistar Arena disfrazado de un gran club de baile
"¿Están listos para bailar? Porque nosotros hemos venido a bailar". Esa invitación, dicha por el mayor de los Lawrence con tono provocador en algún momento del show, fue el cartel más adecuado para el debut de Disclosure en Chile. Una hora y media exacta de espectáculo, donde el Movistar Arena se convirtió en una gran pista de baile hecha a la medida de cinco mil personas que llegaron al Movistar Arena durante la noche de domingo.
Allí, Guy y Howard, de 25 y 22 años, respectivamente, dispusieron de todas las armas musicales que los han transformado en uno de los proyectos electrónicos más reputados de las últimas temporadas dentro del circuito.
Con su centro de operaciones dispuesto como dos laboratorios en forma de "U" en el centro del escenario, la pareja desplegó todos sus hits con su versatilidad característica. En "White noise", la canción que abrió el concierto, Howard Lawrence se adueñó del bajo para replicar los envolventes acordes de la versión de estudio, mientras que en "Jaded" se olvida de las colaboraciones para ponerse al frente del dúo con él como cantante principal.
Protegidos en la retaguardia, además, por una pantalla LED de 14 metros de ancho por 4 metros de alto —56 metros cuadrados y un peso de dos toneladas y medio—, Disclosure expuso una serie de elementos visuales que hicieron de los samples y las voces programadas de Lorde o The Weeknd una experiencia completa.
En "When the fire starts to burn", el Movistar Arena se tiñó de rojo gracias a los juegos de luces, mientras que en el panel central y en los laterales, las imágenes de los británicos se mezclaron con llamaradas intermitentes. Y en "Nocturnal" —de final extendido—, la pantalla se vuelve un cielo en penumbras iluminado de forma intermitente por estrellas movedizas.
Hacia el final del concierto, donde agradecieron el estar en Chile a un año exacto del lanzamiento de su último disco "Caracal", los hermanos Lawrence transformaron "Bang that" en un completo dj set de más de diez minutos; e invitaron a su amigo Brendan Reilly a interpretar "Moving mountains" en otro de los grandes momentos de la noche —"porque no puede haber un show de Disclosure sin una colaboración"—.
Eso sí, el otro protagonista indiscutido fue Sam Smith, porque su silueta apareció de manera virtual y múltiple en las pantallas para acompañar a sus coterráneos en "Omen". Luego su voz reapareció en "Latch" para cerrar el espectáculo, donde Guy Lawrence volvió a alentar al público diciendo que querían oír si Chile era el país que más fuerte iba a cantar esa canción. Y si los fanáticos no lo consiguieron, al menos sí cumplieron con otra de las premisas, porque nunca dejaron de bailar.