La tortuga Jonathan, la más vieja del mundo con ya 186 años en su cuerpo, reside en la isla Santa Helena, un territorio en ultramar administradora por el gobierno británico, ubicado a más de 1800 kilómetros de distancia de la costa occidental de Angola, en África.
Allí llegó hace 30 años como un regalo al gobernador del lugar. En su arribo a la isla, Jonathan conoció a la tortuga Frederica, con quien ha mantenido una relación por más de 26 años, cuenta en Daily Mail.
Sin embargo, recientemente los veterinarios hicieron un descubrimiento que cambiará para siempre la forma en que se percibe la relación entre ambos.
En uno de los controles veterinarios, cuando expertos llegaron a reparar una lesión en el caparazón de "Frederica", descubrieron que en realidad se trataba de Frederico.
Y ahora los habitantes de la isla entienden mejor por qué, pese a los 26 años de relación, y a las constantes sesiones de apareamiento de las tortugas, aún no han logrado tener hijos.