"Sin libertad de expresión los otros derechos no existen", dijo Salman Rushdie, invitado especial a la conferencia de prensa de apertura de una edición de la muestra que su director, Jürgen Boos, espera que sea la "más política en muchos años". Además de la defensa de la libertad de expresión, la crisis de los refugiados, así como la integración y del diálogo del islam en la cultura europea, con otros de los temas presentes en la cita de Fráncfort.
La feria, con Indonesia como invitado de honor, se cerrará el próximo domingo con la entrega del Premio de la Paz de los Libreros alemanes al escritor alemán, de origen iraní, Navid Kermani.
Kermani, con una obra que abarca desde el reportaje sobre temas de actualidad hasta ensayos sobre arte y sobre religión pasando por la novela, es considerado como uno de los representantes de un islam ilustrado e integrado en la sociedad alemana.
Con una delegación de 70 autores, Indonesia ejemplifica en la feria el diálogo con el Islám desde un país que destaca por ser uno de los que tienen mayor población musulmana en el mundo.
Iraníes molestos
La invitación de la feria a Rushdie generó malestar al régimen de Teherán que canceló su presencia oficial en Fráncfort, aunque Irán si estará representado por editoriales independientes. La feria lamentó la decisión de Teherán, pero subrayó que la libertad de expresión es innegociable. El presidente de la Asociación de Libreros Alemanes, Heinrich Riethmüller, destacó, en presencia de Rushdie, la aportación que suponen los libros a la defensa de la tolerancia en las sociedades.
Tras la publicación de "Los versos satánicos" (1988), el entonces líder espiritual de la revolución islámica en Irán, el ayatolá Jomeini, profirió una "fetua", en la que llamaba a los musulmanes de todo el mundo a asesinar a Rushdie por presuntos pasajes blasfemos en esa obra.